Año CXXXVI
 Nº 49.724
Rosario,
jueves  16 de
enero de 2003
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La primera pretemporada
Una mirada a la nueva cosecha de valores canallas
Los juveniles se mostraron felices por poder participar de la preparación del plantel profesional

Mauricio Tallone / La Capital

Tandil (enviado especial).- La lotería genética tiene poco de azar en Central. La historia así lo refrenda. Como un legado que se resiste a ser alimentado con otra receta que no sea la del fútbol asociado al potrero, el respeto a la herencia funciona como un rasgo distintivo a lo largo de las generaciones que nutrieron a la cantera canalla. En esa tierra fértil de fidelidad futbolera, la irrupción de Andrés Díaz, Lucas García, Germán Herrera, Diego Acoglanis, Mauro Poy y Juan Marcelo Ojeda aparece como seis cerezas de un postre sabroso que está a punto de cocción para exhibirse en la vidriera de la primera división.
Esta es la presentación en sociedad de los primerizos en pretemporadas que Miguel Angel Russo se animó a traer a Tandil. El universo Central les abrió las puertas y hoy los seis caminan agarrados de la mano hacia un futuro inmediato que necesita del fuego de su pureza para permanecer encendido.
Viaje a Arroyito: Todos desembarcaron en Central con una meta intransferible: llegar a la primera. Algunos hicieron el recorrido con el bolsito de los sueños como único acompañante. Otros, simplemente la fuerza del apellido de sus padres los empujó de prepo al vientre centralista.
"Yo llegué a Central en el 97 para jugar en la séptima, que en ese momento la dirigía Darío Marchano. Después pasé a las divisiones de AFA, primera local, hasta esta chance que se me presenta", rompió el hielo Acoglanis. Ahora el que pone su cuota de timidez al servicio de la información es Lucas García, el hijo del Chiquilín. "Lo mío arrancó en Defensores Unidos. Tenía apenas 15 años y de ahí en más empecé a subir de categorías. No sabés cómo esperé este momento, para colmo no sabía si iba a estar en la lista. De hecho fui el último que confirmaron", se sincera García.
-Y vos Andrés Díaz, ¿cómo resumirías tu llegada al club?
-Yo pasé de la décima división rosarina a la novena de AFA. Después fui subiendo como la mayoría de mis compañeros hasta esta hermosa experiencia de compartir el plantel de primera división.
"Yo vengo de Torito", retruca Germán Herrera, tratando de desmarcarse de la procedencia de sus compañeros con la misma soltura que lo hace con los defensores.
"En Torito estuve hasta los 14 años y por suerte el padre del Toto (Jorge García) dio el okey para que me quedara en el club. Si no fuera por el Chiquilín no estaría en Central", continúa el Chaqueño.
"Lo mío se dio en el 98 cuando jugaba en la séptima", recuerda Juan Marcelo Ojeda, pinta de reo y atorrante. "Me pusieron en la sexta de AFA, primera local y acá me tienen. Tratando de aprender con un plantel de muchachos con muy buena onda", da su versión de los acontecimientos el cuarto arquero que despertó la confianza de Russo.
-Lo tuyo Mauro (hijo de Aldo Pedro Poy) es más conocido por tu viejo.
-Sí, yo llegué de Adiur en el 92. Fui avanzando de categorías, jugué un torneo en la primera local hasta que llegué al plantel de primera.
Lucas y Mauro no sólo comparten el cartelito de promesas, sino que sus apellidos están decorados por una singularidad. La sangre tira. Uno es el hijo de Jorge Chiquilín García, aquel trajinador defensor de Central que brilló en la década de los ochenta bajo la dirección técnica de don Angel Tulio Zof. El otro es el heredero sanguíneo de Aldo Pedro, una institución canalla que eterniza su idolatría cada vez que se rememora el gol de palomita que le convirtió a Newell's en el campeonato del 71.
Semejante plus genético podría generar en ambos un ataque desmedido de protagonismo. Pero ellos apenas lo toman como una circunstancia más del recorrido para llegar a primera: "Yo sé que siempre me van a mirar de otra manera porque soy el hijo de... Pero te digo la verdad, nunca me molestó ni me trajo inconvenientes en las distintas divisiones en las que estuve", aporta García, lateral volante, a quien el grupo lo apoda Toto.
"Es como dice Lucas. El tema del apellido no tiene por qué molestarnos. Todo lo contrario, debe ser un orgullo ser los hijos de jugadores que vistieron en su momento la camiseta de Central", sigue el tren Mauro.
-Teniendo en cuenta que nunca habían hecho una pretemporada con el plantel de primera, ¿qué cosas los sorprendieron en estos días de convivencia?
-Estar con la primera es muy diferente a lo que hacíamos en las inferiores. Acá el trato es otro, sabemos que tenemos que entrenarnos al máximo para seguir por este camino. (Acoglanis)
-Es todo mucho más profesional. Desde que te levantás hasta que te vas a dormir es muy exigente. Creo que ahí está la principal diferencia. (García)
-Esto que estamos viviendo es el sueño que teníamos desde chicos. Lo que me sorprendió es la exigencia con que se encaran los trabajos. (Díaz)
-Se trabaja más profesionalmente, tenés comodidad, comida, descansás bien. No te falta nada. Eso en las inferiores es difícil que ocurra. (Herrera)
-Yo creo que nos estamos adaptando muy bien. Además nos ayuda la gente que hay en el grupo, la mayoría son pibes jóvenes como nosotros. (Ojeda)
-Se hace complicado agarrar el ritmo de primera, pero es lógico. De a poco le vamos a ir agarrando la mano. (Poy)
-En el caso de Andrés, Diego y Lucas no sólo están disfrutando de compartir con el plantel de primera, sino que Russo ya decidió incluirlos en el partido de mañana (por hoy) ante Quilmes.
-Sí, por lo que dicen vamos a tener la chance de jugar. Ojalá que la podamos aprovechar y que los chicos también tengan la suya. (García)
-¿Qué significa para ustedes que Russo les haya dado esta posibilidad de venir a la pretemporada?
-Es importantísimo. Con Miguel sólo tenemos palabras de agradecimiento porque nos dio la chance que no tuvimos con otro técnico. (Acoglanis)
-Además que el técnico de primera te traiga a una pretemporada significa que te tiene en cuenta. Esto les sirve a los chicos que se quedaron trabajando en Rosario para que no bajen los brazos. (García)
-Ojalá otros técnicos imiten a Russo. No sabés como te levanta la moral estar cerca del sueño de todo jugador. (Ojeda)



Son Díaz, Herrera, García, Acoglanis, Ojeda y Poy. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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