Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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Gustavo Zlauvinen participó de una treintena de inspecciones en Bagdad
"Recién retomamos el caso de Irak y necesitaríamos seguir un año"
Los inspectores presentarán un informe el 27, como un primer paso. Para EEUU es la fecha límite

Leonardo Graciarena / La Capital

Mientras todo hace pensar que la guerra contra Irak es una realidad inminente, un puñado de especialistas trabajan sobre el terreno desde hace dos meses en búsqueda de respuestas. ¿Irak produjo armas químicas y biológicas? Evidentemente sí, pero no está allí el punto neurálgico de las inspecciones de armas de destrucción masiva, sino en qué hicieron los iraquíes con aquellos arsenales que hoy no aparecen. El 27 de enero la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y la Comisión Especial para el Desarme de Irak Unamovic -los dos organismos que realizan las inspecciones- presentarán un informe al Consejo de Seguridad de la ONU que puede significar el comienzo de la cuenta regresiva de la nueva guerra. El rafaelino Gustavo Zlauvinen, diplomático de carrera de la Cancillería argentina y especialista en armas, es el representante de la AIEA ante la ONU y una pieza importante en el sistema de no proliferación de armas.
En Rafaela, su ciudad natal, Zlauvinen descansa después de haber "aceitado las relaciones diplomáticas" con los iraquíes en noviembre, al comienzo de la nueva etapa de inspección de armas después de cuatro años de ausencia forzada. Este licenciado en Relaciones Internacionales de la UNR es el representante de la AIEA ante la ONU desde hace poco más de un año y medio y realizó una treintena de misiones a Irak desde 1995. "Trabajé en la comisión de inspección de desarme de Irak desde 1995 hasta fines de 1999. Fui el asesor político principal de Richard Butler (el australiano que dirigió la misión de inspección de la ONU hasta que fue expulsada de Irak en 1998). Después regresé a trabajar en Cancillería, porque soy diplomático de carrera, por un año y medio; y luego la AIEA me eligió para ser su representante ante Naciones Unidas en Nueva York. En esta nueva función me toca otra vez estar involucrado en este tema de Irak. Mi organización es la que lleva la pata nuclear del desarme en Irak, mientras que la comisión especial se dedica al examen de la cuestión química, biológica y de misiles".
-Parecería que el problema hoy no está en saber si Irak produce armas químicas y biológicas, sino en qué hizo con las que ya había producido.
-Sabemos muy bien cuántas armas químicas produjeron los iraquíes. Hay documentación que los mismos iraquíes nos proveyeron. Pero hay ciertas lagunas o dudas en cuanto a esto, en particular en lo que la ONU llama las armas químicas más avanzadas. Ellos produjeron en la década del 70 y 80 armamento químico tradicional como los gases mostaza, sarín, tabum. Son armas que ya habían sido desarrolladas y utilizadas por los alemanes y los aliados en la Primera Guerra Mundial. Es armamento químico no sofisticado, hoy existen formas de prevenir un ataque de este tipo. Pero luego hay una nueva generación de armamento químico, los llamados agentes nerviosos como el VX, que sí es altamente sofisticado.
-¿El gas que se habría utilizado en la crisis de los rehenes del teatro en Moscú?
-Exactamente. Sabemos que Irak trabajó con VX y que lo produjo en cantidades relevantes. El problema reside en que las cantidades que ellos dicen haber producido no concuerdan con la capacidad y el tiempo que tuvieron para producirlo. Tenemos documentación de 1989 sobre que hubo una orden del ministro de Defensa iraquí para que se produjera VX "lo antes posible y la mayor cantidad posible. En ese momento tenían una importante capacidad instalada para producirlo y hasta principios de la Guerra del Golfo trataron de seguir con la producción. Si se multiplica la capacidad instalada a full production, por ese año y medio o dos, nos da una cantidad muy relevante. Y los iraquíes están admitiendo un tercio de esa cantidad. Es ahí cuando se dice: "Señores, ustedes tienen orden de producir lo máximo posible y tenían la capacidad para hacerlo, ¿por qué no lo hicieron?" Entonces te dicen "no pudimos porque somos un país en desarrollo, o se nos rompían las maquinarias...". Les preguntamos ¿Dónde están esos agentes biológicos? Y ellos nos dicen "el VX lo destruimos luego del 91, en forma secreta". ¿Dónde? El VX es líquido. Nos dicen "lo tiramos con otros elementos químicos, para quitarle la potencia, en el desierto". Fuimos y comprobamos rastros de VX, pero no se pudo determinar el volumen que se eliminó. Es muy difícil determinar cuánto fue destruido. Entonces les pedimos las órdenes escritas, los memos del ministerio de Defensa para la destrucción de estas armas. Y nos dicen que no existen órdenes escritas, algo muy raro porque el ejército iraquí copió el sistema soviético, y sabemos muy bien que toda orden importante tenía siete duplicados. Ellos manifiestan que destruyeron los armamentos estratégicos más caros y más avanzados de su arsenal, sin haber dejado ninguna constancia escrita. Eso ya nos da lugar a dudas.
-¿Esto hace que el informe del 27 de enero pueda ser negativo?
-Lo que decimos desde la ONU es que Irak no ha dado toda la evidencia para demostrar que estos armamentos han sido destruidos. Hay dos maneras para solucionar esto pacíficamente. Si los armamentos existen y están escondidos, que nos los entreguen, nosotros los contabilizamos y los destruimos. Por otro lado, si ellos los destruyeron, que nos brinden la evidencia en documentación. No hay otra forma.
-¿Este contexto haría clave la próxima visita a Irak del 18 de enero de los jefes de las dos organizaciones, AIEA y Unamovic?
-Muchos países la están haciendo clave. Para nosotros es una visita más, tan importante como las anteriores. Esto es un proceso, lo que queremos que se entienda es que recién hemos comenzado el proceso de inspecciones, luego de no haber estado cuatro años en Irak (fueron expulsados en diciembre de 1998), y hay muchas cosas que debemos restablecer. Recién ahora, poco a poco, tenemos la capacidad para conducir las inspecciones en Irak. Hay muchas cosas que hay que reestudiar y reevaluar; y por lo tanto necesitamos tiempo. Que el Consejo de Seguridad nos pida que el 27 de enero presentemos un informe, bueno, lo tenemos que hacer porque nos lo piden, pero no es final. Que algunos países lo tomen como final, no quiere decir que para nosotros no sea una etapa de un proceso a largo plazo. Necesitamos varios meses para hacer bien nuestro trabajo y es eso lo que le estamos pidiendo a la comunidad internacional.
-¿Cuánto tiempo más necesita la inspección para dar un informe que los deje conformes?
-Acá voy a repetir los dichos tanto de Mohammed El Baradei (titular de AIEA) como de Hans Blix (jefe de la comisión especial de la ONU para Irak) que han dicho que ellos estimaban que iban a necesitar casi un año de trabajo, más o menos.
-¿Ustedes sienten el peso de que tal vez la guerra dependa del informe del 27 de enero?
-Obviamente la decisión de ir o no a una guerra va a estar basada en nuestras inspecciones, no sé si únicamente en el informe del 27. Seguiremos trabajando, pero si algún país, particularmente EEUU o Gran Bretaña, toma una decisión sobre este informe, eso ya es una cuestión política que escapa a nuestro mandato.



"Irak dice que destruyó su arsenal pero no lo pruebas". (Foto: Luis Emilio Blanco)
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