Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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Corea del Norte reincide y terminó con una moratoria de misiles
Tras renunciar al Tratado de No Proliferación desechó su promesa de no probar cohetes balísticos

Pekín. - En un nuevo desafío a Estados Unidos y la comunidad internacional, Corea del Norte dio por terminada una moratoria de prueba de misiles de largo alcance iniciada en 1999. Simultáneamente, el régimen comunista organizó una manifestación con cerca de un millón de personas para apoyar su decisión del viernes de abandonar el Tratado de No proliferación Nuclear (TNP). Estados Unidos respondió que por este camino Norcorea sólo se aislará aún más del concierto de naciones.
"La moratoria sobre nuestros lanzamientos experimentales de misiles no será una excepción, ahora que Estados Unidos ha invalidado todos los acuerdos alcanzados entre Estados Unidos y Corea del Norte", advirtió el embajador norcoreano en China, Choe Jin-Su, en rueda de prensa.
Choe hizo estas declaraciones un día antes de que el subsecretario de Estado de Estados Unidos, James Kelly, viaje a Seúl en la primera escala de una gira asiática y mientras Corea del Norte presiona con su propia ofensiva diplomática. Y por si acaso las declaraciones del embajador hubieran resultado ambiguas, un de sus consejeros, identificado sólo como Kim, despejó toda duda respecto de su significado: "La moratoria terminó. Podemos disparar" misiles, declaró. Interrogado sobre si eso significa que Pyongyang se reserva el derecho de lanzar misiles o tiene la intención de realizar disparos, el consejero respondió: "¿Quién sabe?".

Un antecedente inquietante
Pyongyang causó alarma entre sus vecinos en 1998 cuando disparó un misil balístico de mediano alcance que cruzó sobre Japón. Al año siguiente, Norcorea anunció una moratoria a sus pruebas misilísticas que expiraría este año.
Pero en septiembre del año pasado, el dictador vitalicio norcoreano, Kim Jong Il, se comprometió, durante una visita histórica del premier japonés Junichiro Koizumi a Pyongyang, a prolongar la moratoria sobre los ensayos después de su expiración en 2003. Ayer esta promesa quedó en nada.
Este nuevo desafío de la dinastía comunista norcoreana ocurre el mismo día en que el país se transformó en el primero en abandonar el TNP, un retiro que anunció el viernes y que ayer entró en vigor, pese a la alarma y el rechazo generados en todo el mundo.
Esta decisión recibió el respaldo de un millón de disciplinados norcoreanos que se manifestaron en Pyongyang vociferando "encendido odio" hacia Estados Unidos, según la retórica de la agencia oficial KCNA.
Casi simultánemente, del otro lado del último escenario de la Guerra Fría, decenas de miles de surcoreanos marcharon -en este caso, en una manifestación espontánea- por las calles de Seúl en apoyo a los 35.000 soldados de EEUU desplegados en el país y para deplorar el anuncio norcoreano de abandonar el TNP.

Se negocia pese a todo
La decisión norcoreana fue anunciada pese a la reanudación de discusiones no oficiales entre diplomáticos norcoreanos -el embajador adjunto de la ONU, Han Song Ryol, y el primer secretario Mun Jong-Chol- y el gobernador del estado norteamericano de Nuevo México y ex representante ante la ONU, Bill Richardson. Este dijo ayer que los norcoreanos aseguraron que su país no tiene intención de construir armas nucleares. Richardson agregó que los diplomáticos le manifestaron su interés en buscar el diálogo con Washington y lograr superar la crisis actual. Las negociaciones de Nuevo México no revisten carácter oficial.
El Estado comunista ha causado la alarma en todo el mundo desde que expulsó el mes pasado a los inspectores nucleares de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y ha elevado la retórica belicista en un intento obvio por obtener concesiones, reconocimiento y garantías de seguridad por parte de Estados Unidos.
La crisis comenzó después de un discurso a inicios del año pasado del presidente Bush en que expresó que Corea del Norte formaba un "eje del mal" con Irak e Irán, gesto que convenció a Pyongyang de que estaba amenazado. La breve detención a instancias estadounidenses de un barco que transportaba misiles exportados a Yemen el año pasado incrementó su ansiedad.
Posteriormente, en octubre último, luego de una visita de un funcionario de EEUU a Pyongyang, esta admitió que había violado el acuerdo signado en 1994 con Washington por el cual se comprometía a congelar sus reactores nucleares de agua pesada (aptos para fabricar material radiactivo militar). EEUU daba en compensación fuel oil para generar electricidad y se comprometía a construir dos reactores nucleares de agua liviana, que no producen derivados radiactivos de valor militar. Ante la admisión, EEUU suspendió los envíos de combustible y esto precipitó la actual escalada.



Kim Jong Il presiona desde el Norte con sus misiles. (Ilustración: Gabriel Ippóliti)
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