La candidatura a vicepresidente que ayer le fue conferida a Rubén Giustiniani no es justamente el lugar soñado para el rosarino. "Tomamos la decisión de jugar con candidatos propios después de que Hermes (Binner) decidiera preservarse para (pelear por) la Gobernación; entonces me tocó a mí. Las decisiones partidarias hay que honrarlas", dijo, con la clásica disciplina partidaria pesepista. De todos modos, el postulante a vice le dijo a La Capital: "Bravo es el mejor hombre para esta campaña, tiene una trayectoria reconocida y mucho respeto de la gente. Será una campaña corta, con pocos recursos y sin tiempo para instalar candidatos". Tampoco le falta confianza, a propósito recordó cuando le tocó pelear la Gobernación santafesina, en 1999: "Pensar que en la primeras conferencias de prensa llegaban los periodistas, yo estaba sentado en la mesa y me preguntaban ¿quién es el candidato a gobernador?. Y sacamos doscientos mil votos, la mitad que (Horacio) Usandizaga y más del triple que la democracia progresista".
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