Con el ídolo local Lleyton Hewitt y la estadounidense Serena Williams como máximos favoritos, más un récord histórico de 14 tenistas argentinos, se iniciará hoy el abierto de Australia, primer Grand Slam del año a jugarse en Melbourne sobre una superficie de rebound ace y premios por 16.500.000 de dólares.
Argentina presentará una legión que supera las 11 presencias de 1992, que era el año de mayor concurrencia, encabezada por los preclasificados David Nalbandian (10), Guillermo Cañas (14), Gastón Gaudio (17) y Juan Ignacio Chela (19) entre los hombres, más Paola Suárez (23) y Clarisa Fernández (28) en damas.
Tras una excelente temporada 2002, en la que se consiguieron ocho títulos de la ATP, uno de la WTA y Nalbandian llegó a la final de Wimbledon -a eso habría que sumarle el acceso a semifinales de Copa Davis y el campeonato Mundial por equipos de Dusseldorf-, los argentinos afrontarán la primera de las cuatro oportunidades para ganar un Grand Slam.
Un título grande, que no se consigue desde la brillante época de Guillermo Vilas, es la asignatura pendiente de esta generación para consagrarse, y Australia representa una buena oportunidad, a pesar de las dificultades.
Si bien Roland Garros es "el torneo" para los argentinos nacidos tenísticamente sobre polvo de ladrillo, la historia comenzó a cambiar y abrió un abanico de posibilidades tras los triunfos de Cañas el año pasado en Chennai y sobre todo en el Masters Series de Toronto, más la mencionada final de Nalbandian sobre el césped de Wimbledon.
El año pasado, las mejores actuaciones en Australia llegaron de la mano de Guillermo Cañas y Gastón Gaudio, quienes accedieron hasta la tercera ronda, instancia que se pretende mejorar en esta edición, con las esperanzas depositadas en Nalbandian, Juan Ignacio Chela, Mariano Zabaleta y Guillermo Coria.
Cañas, un jugador dúctil que juega bien sobre todas las superficies y posee una devolución privilegiada, no llega bien de la lesión que sufrió el año pasado en su muñeca derecha y por la cual debió ser operado, mientras que el Gato Gaudio no protagonizó resultados para ilusionar sobre superficies rápidas.
En tanto, en la lucha directa por el título, el local Hewitt, líder del ránking mundial y favorito sentimental del público, se perfila como el gran candidato entre los hombres, pese a que nunca hizo un buen papel en su país, una asignatura pendiente que pretende saldar.
Sus más serios rivales serán el estadounidense Andre Agassi, tres veces campeón del torneo (1995, 2000 y 2001), y un grupo de jugadores que tampoco llegaron lejos en Melbourne: el ruso Marat Safin, el suizo Roger Federer y los españoles Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyá.
El ruso Yevgueny Kafelnikov, quien goza junto a Agassi del privilegio de haber ganado el abierto, está en el ocaso de su brillante carrera, aunque hay que considerarlo por que es un jugador que históricamente rindió mejor en los Grand Slam.
Hewitt tendrá un debut accesible ante el sueco Magnus Larsson, 155 de la ATP y surgido de la fase clasificatoria, y podría encontrarse en la tercera ronda con el brasileño Gustavo Kuerten, quien pretende terminar con el estigma que lo persigue en Melbourne, donde nunca hizo un buen papel.
En el rubro sorpresas se encolumnan el tailandés Paradorn Srichaphan, el chileno Fernando González, el alemán Rainer Schuettler, el norteamericano Jan-Michael Gambill y alguno de los mencionados de la legión argentina.
Entre las mujeres, la incógnita pasa por saber quién le pondrá el cascabel al gato y detendrá la marcha arrasadora de Serena Williams, la indiscutida líder del ránking mundial, ganadora de tres torneos de Grand Slam el año pasado: Roland Garros, Wimbledon y el US Open.
Su tenis potente y adaptable a todas las superficies, y su andar arrollador, apenas se vio interrumpido el año pasado en el Masters por la belga Kim Clijsters, quien se coronó en Los Angeles y empezó esta temporada con otro título en Sydney, logros que la posicionan como una de las candidatas.
La estadounidense Jennifer Capriati, actual bicampeona tras ganar las ediciones 2001 y 2002, más Venus Williams, son también serias competidoras, y merecen consideración, aunque con menos chances que años anteriores, Mónica Seles, cuatro veces campeona en Melbourne, y Lindsay Davenport, vencedora en una ocasión.
Entre las jugadoras que pueden provocar una sorpresa de esas que se producen en los Grand Slam, como la de la cordobesa Clarisa Fernández el año pasado al arribar a las semifinales de Roland Garros, se inscriben la griega Eleni Daniilidou y la estadounidense Meghann Shaughnessy.
El abierto australiano se jugará una vez más bajo el calor agobiante que impera en Melbourne durante enero, a pesar de las reiteradas quejas de los tenistas, los exclusivos protagonistas del espectáculo, y habrá ausencias significativas, en su mayoría por lesiones.
Esta vez no estará el defensor del título, el sueco Thomas Johansson, ni el gran Pete Sampras (ganador de 14 Grand Slams), como tampoco el inglés Tim Henman, el alemán Tommy Haas, el francés Arnaud Clement y el Chino Marcelo Ríos, y entre las damas, la ausencia más notoria será la de la suiza Martina Hingis, y tampoco estará la gala Amelie Mauresmo. (Télam)
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