Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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El cola-less rosarino no pasa de moda en el verano
Los negocios de mallas dan cuenta de este furor que nació en 1984 y permanece en el tiempo. Algunos consejos

Cuántos hombres estarán agradeciendo que la moda del cola-less perdure en el tiempo; y más que nada que puedan disfrutarla en directo, en las playas y piletas rosarinas. Seguramente no saben cuándo, dónde, ni quién instaló esta tendencia; pero tampoco se los ve muy preocupados por conseguir esos datos. Para aquellos que por lo menos estén intrigados, la moda se impuso en 1984 cuando una joven de 21 años se animó a mostrar la cola en un balneario de Punta del Este. De allí en adelante muchas empezaron a sumarse, y lo hicieron también las rosarinas. Basta con echar un vistazo para comprobar que cada vez son más las audaces.
Por un lado, están las mujeres que quieren lucir los resultados de las odiadas sentadillas (ejercicios para tonificar los glúteos) que hicieron durante el año en el gimnasio; por otro, aquellas que fueron dotadas por naturaleza, y por último, quienes simplemente lo usan porque les gusta.
Lo cierto es que cada vez son más las que piden la bombacha chiquita: "Es impresionante. No te digo que se ponen una tirita pero sí eligen las que se meten en la cola aunque sea un poco", contó la empleada de un local de mallas de Córdoba al 1300. De las bombachas grandes, ni hablar. Por lo menos eso es lo que revelaron desde las casas de mallas. "En este negocio sólo hay un modelo de cola-less, pero el resto de las bombachas también son chiquitas", dijeron desde otro comercio con varias sucursales en Rosario.
Claro que lejos están las mujeres locales de animarse a lucir el novedoso minibik, que consiste en un triangulito adelante y una tirita detrás. A ese modelo, por ahora sólo se arriesgan algunas modelos o las chicas más atrevidas en las playas de Punta del Este o Pinamar.
Tampoco es indispensable que la mujer sea flaca para usar cola-less. De hecho, no todas las que lucen esta moda lo son. "Hay de todo, la que tiene ganas de usar cola-less lo hace, y ya está", aseguraron desde el local.
"No soy una vedete ni mucho menos pero me gusta mostrar un poco. Creo que no me queda nada mal", dijo ayer Melina, de 25, mientras tomaba sol de espalda en la rambla Catalunya.

Esperando un milagro
La esperanza es lo último que se pierde. Eso es lo que piensan las desesperadas que llegan al gimnasio para mejorar sus físicos. Muchas esperan milagros, pero según afirmó una entendida, en este tema los milagros no existen. "La mayoría viene a partir de septiembre pidiendo que las dejemos perfectas; y les tenemos que decir la verdad, es imposible", aseguró Graciela, desde un gimnasio de Rioja al 2200.
Desde unos meses antes de que se largue la temporada y durante todo el verano, las clases para levantar o endurecer la cola están repletas. Estas son la gimnasia localizada, las clases con bicicletas fijas donde se tonifican glúteos y piernas, el novedoso bodypump -se trabaja con barras y discos, y permite la tonificación de esa zona- y el taebo -porque se trabaja la patada-.
Muchas, sin embargo, ni van al gimnasio, y el esfuerzo lo hacen en sus casas. Unos de los ejercicios más tradicionales -para muchas el más odiado- son las sentadillas. Aquella que desee ponerlo en práctica debe colocarse de pie, con las piernas ligeramente separadas y con una pequeña contracción en los glúteos. Mirando hacia el frente y con la manos sobre la cabeza, tiene que flexionar las piernas hasta formar un ángulo de 90 grados y luego extenderlas hasta la posición inicial. Así, debe repetirlo hasta que aguante, y cada día debe sumarle algunos ejercicios más.



Con el objetivo de infartar las rosarinas se animan cada vez más. (Foto: Angel Amaya)
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