Le quedó Pichi nomás. Pensar que ese apodo lo heredó de su hermano mayor Darío, pero a éste no le quedó vestigio de ese sobrenombre, apropiado por su hermano menor. Hernán Diego Ceferino Franco se movió de aquí para allá, como si tuviera que salir a cortar al delantero rival. Claro, él fue principal protagonista de la gran velada solidaria que vivió el pueblo de Cruz Alta la penúltima noche de 2002. Por eso estaba en todos los detalles, conversando con quien se le acercara, recibiendo a los visitantes con suma cordialidad y luego saliendo a la cancha para formar junto a Darío la dupla central del Newbery y Everton, la nueva denominación del club orgullo de Cruz Alta, que terminó cayendo con el equipo de las Estrellas por 3 a 2, en un dato anecdótico. "La idea fue reunir a figuras del fútbol y recaudar fondos para el Centro a la Niñez. Es la primera vez que lo hacemos y creemos que valió la pena ya que la gente respondió", expresó Pichi a Ovacion. En Cruz Alta, lejos de las marquesinas de Buenos Aires, Hernán es uno más. No ostenta el título de campeón conseguido con Independiente sino que luce orgulloso la camiseta verdiblanca del viejo Newerton y a la hora de jugar no escatima piernas para robar pelotas en defensa, para darle seriedad a la puesta en escena, más allá de que los pelotazos cruzados de Manso duelen. "Es increíble que hayan podido acudir tantos jugadores en una fecha así. Hay que tener un espíritu solidario para que cada uno deje a su familia o corte sus vacaciones y se venga a este pueblo de seis mil habitantes a dar una mano. Te regocija que pasen cosas así", dice sin ocultar la alegría que lo embarga. "Siempre estamos volviendo acá", dice Hernán, no sólo por él sino por su hermano, "y esta es una forma que tenemos de no olvidarnos de dónde venimos, que es lo peor que te puede pasar". Las vacaciones están a punto de acabarse para Hernán, que vivió un medio año espectacular. "Es poco el tiempo de descanso pero vamos a empezar a trabajar de la mejor manera, ya olvidándonos del promedio del descenso". Franco recordó que "es duro tener un promedio tan bajo. Por eso me pongo en la piel ahora de los muchachos de Central y sé que deben pasar momentos difíciles. Uno por su pasado en Newell's podría desear que se vayan al descenso pero pienso en mis colegas". El Pichi también tuvo palabras de elogio para Newell's, reconociendo que "fue uno de los rivales más difíciles que nos tocó enfrentar. Si mantiene el equipo va a dar qué hablar en el Clausura, porque además tiene un técnico muy capaz". Tras su ida de Newell's, su paso por Las Palmas y su regreso al país en Talleres, Independiente le abrió la puerta a su primer título como profesional. "Fue una alegría inmensa, algo muy difícil de describir con palabras. Es sin dudas algo para recomendar", cerró con una sonrisa Hernán, que en Cruz Alta juega -sin dudas- con hinchada propia.
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