Sergio Faletto - Mauricio Tallone / La Capital
Ya no es aquel Miguel Angel Russo del 97 al que le costaba expresar lo que pensaba. El que se guardaba las opiniones. El que a la primera divergencia terminaba muy cerca de la pelea. El Russo 2002 es más propenso al diálogo, más franco. "Este cambio tiene que ver con el momento de uno, yo padecí la crisis de los 40, por eso ahora estoy tranquilo y optimista", reseña el técnico canalla. Quien sustenta en esa calma la confianza para emprender la difícil tarea de conducir a este Central que necesita sumar para asegurar su permanencia en primera división. -¿Si tuvieras que calificar a cada uno de los cuatro partidos que dirigiste en esta nueva etapa, Chicago fue lo imprescindible, Unión lo injusto, Banfield lo mejor y Boca lo peor? -Lo de Chicago era prioritario porque era el partido inmediato al cambio de proceso, lo de Unión era verse la cara con la realidad por primera vez en eso de tener que pelear duro afuera, lo de Banfield por momentos se aproximó bastante a lo que pretendo, y lo de Boca lo tomo con delicadeza porque quiero que en ese tipo de escenarios aparezcan las cosas que hacemos de local. -¿Hubo algún jugador que en estos partidos te haya sorprendido futbolísticamente? -Ferrari tiene todas las condiciones para sorprenderme en muchas cosas más. Estoy convencido de que todavía no tocó su techo. -¿Cómo hiciste para convencer al equipo para que no mirara sólo el arco rival? -Si yo tengo un equipo que crea veinte situaciones de gol y convierte tres, pero cuando me atacan tres veces me hacen cuatro goles, estoy haciendo mucho esfuerzo y el rival nada para tener los dos lo mismo. Algo no funciona, por eso mi lema es que para saber atacar hay que saber defender. -Por lo que decís encontraste un equipo que sólo sabía atacar. -No quiero entrar en comparaciones, pero digo que la negatividad de resultados en algún momento te lleva a perder el orden. A través del orden todo es más fácil. Por ejemplo si a mí me gusta llegar al arco rival con Vitamina, De Bruno, Delgado y Figueroa y los dos carrileros por afuera, tengo que tener confianza en los tres de atrás. La mejor manera de atacar es ayudar a los que están atacando cuando perdemos la pelota. Si defiendo bien, voy a atacar bien seguro. Porque voy a estar atacando siempre. El rival tiene menos posibilidades de conseguir la pelota para herirnos. Ahora si yo estoy atacando y en vez de estar en la cancha estoy en internet, me meten un pelotazo cruzado y me hacen el gol es porque no me encargué de lo primario. -Menotti dijo que no cree en la falta de concentración de un jugador durante un partido porque no conoce a ninguno que esté en la cancha pensando en el asado que va a comer a la noche. ¿Coincidís con esa opinión? -Eso tampoco se discute. Yo me refería a la concentración para el juego. Igual que cuando hablo de inteligencia para manejar un partido no significa que mis equipos estudien en la universidad de Harvard. En el fútbol hay que convertir goles para ganar y la mejor manera de atacar es saber mover las piezas en el momento indicado. Un jugador no se puede ir del partido, porque si te vas del partido viene el error y un error te cuesta un gol y el gol significa sacar del medio. -Por ejemplo el error de Talamonti ante Tevez, que derivó en el segundo gol de Boca, ¿fue una falla de concentración? -En esa jugada también hay que darle mérito al contrario. Con talentos como Tevez muchas veces con la concentración no alcanza. -Pero, ¿qué explicación táctica le encontraste a esa jugada? -Hay que tener mucho cuidado con eso porque Talamonti es un chico que cada error que comete se hace un mundo. Es un chico muy noble. Lo que tiene que superar es que esa equivocación no lo condicione durante el resto del partido. Sobre todo por la posición que ocupa. No es lo mismo que se equivoque un volante o un delantero, que el arquero o el último hombre. -¿No creés que lo que le pasó a Talamonti tiene que ver con ese prejuicio que tienen algunos defensores que reventar la pelota es sinónimo de mala palabra? -Eso lo soluciono de la siguiente manera. Le pregunto a mi jugador quién es el ídolo en su puesto. Supongamos que el Oveja me dice Hierro, entonces le muestro diez videos de Hierro para que observen cuántas veces su ídolo le pega a la pelota para arriba. Es el mejor ejemplo para que ellos corrijan esos errores. -¿Tenés muchos jugadores que ante el primer contratiempo en un partido no saben asimilarlo? -No es que no lo sepan asimilar, tal vez esos errores repercutan en el nivel de juego. Estamos trabajando en eso, igualmente para mí es más importante el jugador que supera el error que aquel que hace todo bien. -¿Encontraste a un Central sin rigor táctico? -No entiendo qué significa rigor táctico. -La pregunta apunta a que si te hubiera gustado encontrar a un equipo que en medio de un partido se desdoble tácticamente para resolver las contingencias que propone el juego. -Así planteado yo no hablaría de rigor táctico sino de versatilidad táctica. Quiero un equipo que se dé cuenta a través del juego lo que más le conviene tácticamente para mejorar.
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