"A todos nos tocó jugar por primera vez en la Bombonera en algún momento. Es un partido como todos, once contra once. Está claro que Boca tiene jugadores de mucha jerarquía, de gran experiencia y quizás no podamos darles las ventajas que se pueden otorgar a otros equipos. Pero dentro de la cancha va a haber la misma cantidad de jugadores de cada lado y ellos también se van a tener que cuidar del poderío de Central".
El Mellizo Gustavo sabe con los bueyes que ara y será uno de los entrenadores dentro de la cancha, o en todo caso uno de los sostenes anímicos del equipo de Russo; una especie de reserva temperamental en el césped de la Bombonera junto al Rifle Castellano, Daniel Díaz, Quinteros y Vitamina.
Nadie mejor que Gustavo para conocer el talón de Aquiles xeneize a la hora de afrontar la definición de un campeonato. Perteneció a ese grupo, sabe cómo se consumen las horas previas a un partido bisagra, podría hacer un bosquejo de la concentración porteña a pocos minutos del último encuentro del torneo. Fundamentalmente puede colaborar con algunos datos, detalles, que jamás serán definitorios, pero pueden ayudar.
"Lo mejor que tiene Boca, más allá de que todos son buenos jugadores, es el sector delantero, son los más peligrosos. No sé si va a jugar Tevez, pero llegan mucho los mediocampistas... Creo que lo mejor que podemos hacer es quitarles la pelota. Lo que pasa es que no va a ser una tarea sencilla, pero es vital. Eso nos podría permitir jugar con la desesperación porque necesitan ganar sí o sí".
Ahí va uno de los ítems. Privar al equipo de Tabárez del útil para que lo consuman los nervios y la ansiedad. Pero Gustavo relativiza esa chance.
"Es muy difícil que se pongan nerviosos. Les podremos quitar la pelota, pero a esta altura de su carrera no se van a enloquecer".
Allí aparece una veta pesimista en el pensamiento del Mellizo que inconscientemente se metió en su respuesta y salió a la luz. Pero él siempre está dispuesto a retrucar. Una prolongación de lo que hace en la cancha. La última palabra es de él.
"No soy pesimista, en absoluto. Simplemente rescato las cualidades individuales y de equipo de los jugadores de Boca. Si sacás la cuenta hay más de 10 jugadores de ese plantel que hace un año atrás estaban jugando contra el Bayern (Munich de Alemania, en Tokio, por la final Intercontinental) y hace dos años atrás con el Madrid (el 28 de noviembre de 2000 Boca se consagró campeón mundial de clubes en la capital japonesa tras derrotar a los merengues). Es algo que no podemos negar. Pero de ninguna manera les vamos a tener miedo. Seguro que los respetaremos y que vamos a jugar para ganar el partido".
Al mediocampista canalla no le parece un dato menor que más de la mitad del equipo juegue por primera vez en la Bombonera, pero de ninguna manera cree en el pánico escénico; al menos de sus compañeros.
"Eso es así en los papeles. He ido con Gimnasia y he ganado en esa cancha y muchos de nosotros jugábamos por primera vez en ese estadio. En el fútbol, más allá de los pergaminos hay que jugar los partidos.
Más allá de lo que se diga, o se quiera mostrar, en la concentración que comenzó anoche en la ciudad deportiva y se extenderá hasta minutos antes del partido, los más jóvenes recibirán consejos de los mayores.
"Es probable que lo charlemos un poco más, pero más allá de que sean chicos en el fútbol es gente grande que está preparada para enfrentar a Boca en la Bombonera. Ellos saben con lo que se van a encontrar. Con jugadores de jerarquía que van a salir a matar o morir. No creo que sientan la presión de jugar allí", redondeó el jugador canalla más conocedor del estadio xeneize.
Mi hermano, mi rival
Del otro lado habrá uno igualito, idéntico. Más ofensivo, pero hecho con el mismo molde. La puja Gustavo-Guillermo tendrá el segundo capítulo de sus historias mañana en la Bombonera después de que ambos compartieran tristezas, llantos, alegrías y vueltas olímpicas en la mayor parte de sus carreras.
-¿Cuántas veces enfrentaste a tu hermano? \-Una sola vez, cuando jugaba para Racing.
-¿Hablaste con él esta semana? \-Como siempre, pero nada en particular del partido. Ellos se juegan el campeonato, pero nosotros necesitamos los puntos para el descenso. Vamos a jugar el partido y cada uno hará lo que tenga que hacer. Adentro de la cancha vamos a ser rivales.
-¿Apostaron algo? \-No, no, no hablamos del partido. Tenemos las charlas de siempre, pero nada en particular. Seguramente nos cruzaremos después del partido, pero no jugamos nada.
-¿Es fácil enfrentar a un hermano adentro de la cancha? \-Será un rival más como en aquella oportunidad con Racing.
-Pero al menos lo conocés más que a otros rivales.
-Sí, seguro.
-¿Es cierto que si quedás mano a mano con él para definir le arrancás la cabeza de un pelotazo? \-Nunca dije eso.
-Cuando jugaron Boca y Racing dijiste que si tenías que ir a trabar lo partías al medio.
-No, todo tranqui.
-Guillermo parece un poco más cauto.
-Sí, estamos tranquilos.
-¿Les dijiste a tus compañeros cómo tienen que marcarlo? \-No. Por ahí cuando se acerque la hora del partido les cuento algún secreto.
-Eso suena a traición.
-No, no es así.
-Estás traicionando a tu hermano.
-Pero ahora estoy contratado por Central.
-Es probable que él les diga a sus compañeros cómo anularte.
-No hace falta, me conocen perfectamente.
-Se puede concluir entonces que el sueldo vale más que Guillermo.
-No, no, pará. Es un partido de fútbol, nada más.
-¿La familia no toma partido? \-No. Porque algunos quieren que salga campeón Boca, pero también saben que Central necesita los puntos. Supongo que hincharán para que gane el mejor.
-Y ya que está, que los dos hagan goles.