A cuatro minutos del final Independiente alcanzó el empate que le hacía falta, finalizó 1 a 1 el partido del campeonato frente a Boca Juniors, conserva los tres puntos de ventaja cuando queda por jugarse una fecha y prepara la vuelta olímpica. Guillermo Barros Schelotto había puesto en ventaja durante el primer tiempo a Boca, que tuvo durante la segunda parte muy buenas oportunidades de liquidar el encuentro, pero un acierto de Lucas Pusineri equilibró las cifras definitivamente. Boca controló la mitad de la cancha durante la mayor parte del juego frente a un Independiente que pareció desordenado y no encontró la línea de juego que lo distinguiera en la parte inicial del torneo. A los 37 minutos Clemente Rodríguez puso la pelota en el área desde la izquierda, Delgado hizo seguir de largo a Franco, tocó hacia el medio para Barros Schelotto y el Mellizo, con demasiada libertad para moverse muy cerca del arco rival, buscó su mejor perfil y venció a Leonardo Díaz con un remate corto, fuerte y alto. Con ventaja en el marcador, Boca dispuso, durante el segundo tiempo, de todas las cartas como para quedarse con el partido e igualar el puntaje de su rival. Independiente, sin ideas y hasta sin energías, dejó muchos espacios como para que cualquier contraataque cerrara la historia del partido. En la otra mitad del campo, Independiente no tenía capacidad de creación ni en Daniel Montenegro ni en Federico Insúa, mientras que Andrés Silvera, su goleador, era fácilmente absorbido por el correcto escalonamiento defensivo de Boca, que tuvo en Rolando Schiavi a su jugador más destacado. Finalmente, a los 41, Boca volvió a sentir el rigor de esa vieja enseñanza futbolística según la cual los goles que no se convierten en un arco se sufren en el otro: el impecable Milito inició la acción saliendo desde el fondo y abriendo juego hacia la izquierda; Leonel Ríos metió un buen centro; Lucas Pusineri llegó justo para meter un cabezazo perfecto y vencer a Abbondanzieri. Ya no quedó tiempo para nada más e Independiente parece marchar inexorablemente hacia el título, que tendrá la oportunidad de alcanzar con apenas un empate y hasta con una derrota (en caso de que Boca no gane) el domingo próximo, cuando visite a un San Lorenzo de Almagro ocupado en la Copa Sudamericana. Será el desenlace lógico si se tiene en cuenta todo lo que el cuadro conducido por Américo Gallego exhibió durante más de diez fechas, por más que el marcado bajón posterior le haya quitado brillo y que hoy haya estado al borde del colapso. (DyN)
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