El objetivo estaba al alcance de la mano. Era una buena motivación para mantenerse vivo en el torneo. Los buenos rendimientos que había logrado en los últimos encuentros habían hecho renacer la ilusión, que hasta hace un puñado de fechas parecía una utopía. Pero la llegada del Bambino Veira y el envión anímico que le otorgaron algunos resultados le permitieron a Newell's volver a entusiasmarse con alcanzar la meta que se habían trazado a principio del torneo: llegar a los 30 puntos o quedar entre los cinco primeros de la tabla, lo que le abriría buenas perspectivas de cara al próximo torneo Clausura como para pelear la clasificación a una copa internacional. Para alcanzar ese objetivo era imperioso ganar, o al menos obtener un buen resultado en Santa Fe ante Colón, y después aspirar a lograr un triunfo en el cierre del torneo ante Chacarita, el próximo viernes en el Coloso.
El descolorido triunfo ante Olimpo y las convincentes victorias con Racing, en Avellaneda, y Vélez, en el Coloso, además del buen empate frente a Estudiantes en La Plata habían elevado la confianza de un grupo que venía muy golpeado tras la ida de Julio Zamora de la conducción del equipo. Un plantel que tuvo un inicio de torneo muy auspicioso y una segunda parte en la que cosechó muchas más frustraciones y desencantos que alegrías. Pero ayer chocó contra la realidad. Tuvo una mala tarde y en muy pocos pasajes del encuentro estuvo cerca de quedarse con un buen resultado, porque los rojinegros fueron en buena parte del encuentro una sombra del equipo que había hilvanado esa racha de cuatro partidos invictos (cosechó 10 puntos sobre 15). No tuvo la concentración, la predisposición, la actitud ni la eficacia ni la solidez de los otros partidos. Por eso la derrota de ayer ante los sabaleros les pegó duro porque ahora quedaron lejos del objetivo buscado. Ya no pueden llegar a los 30 puntos deseados (aunque si le ganan a Chacarita sumarán 29 puntos) y además quedaron novenos en la tabla del Apertura. Por si esto fuera poco, esta derrota mermará la confianza de un grupo que venía en alza y que ayer se encontró con una realidad que les rememora en demasía la parte más oscura del campeonato, en la que no encontraba el timón y todo se le hacía cuesta arriba. Ahora, la meta de lograr puntos gordos como para pensar en un futuro cercano en una chance de aspirar a una plaza en la Libertadores quedó más lejos, no sólo por los puntos sino por la cantidad de equipos que tiene encima. Uun triunfo ante su gente en la última fecha ante Chacarita lo pondrá en carrera, pero tendrá que remar en el próximo torneo para lograr el esquivo objetivo de lograr una plaza.
| |
La Ciudad
