Miguel Russo tenía una premisa: arrancar con un volante central y doble enganche y cambiar en el complemento por un sistema de doble cinco y un enlace si Central lograba marcar la diferencia, ocasión en la que haría debutar a Renzo Ruggiero. Claro que para ambos esquemas el mayor esfuerzo recaía en Vitamina Sánchez, quien desde el inicio tenía en claro que más allá de su función de creador debía colaborar con el Negro Quinteros en la contención. El técnico así lo dispuso y esta vez le dio resultado. Fundamentalmente porque Vitamina, De Bruno y Ruggiero lo hicieron realidad. Sánchez y De Bruno formaron una dupla creativa que le otorgó al equipo un aceitado funcionamiento de mitad de cancha hacia adelante, porque ambos jugaron con inteligencia y enorme entrega. Con la diferencia conquistada, en el segundo tiempo Russo sustituyó a un De Bruno agotado por el sacrificio. Con la impronta de Ruggiero en el campo, Vitamina tuvo más libertad para jugar y hacer pesar su experiencia en el control de la pelota, hasta que el cansancio pudo más y fue relevado a siete minutos del final. Moraleja: toda estrategia táctica es posible si se cuenta con los intérpretes necesarios.
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