-¿No es un retroceso en tu carrera venir a Banfield después de estar en Europa? -No, yo no lo considero así. Sobre todo porque cuando volví de España esperé algunas ofertas y al no tener nada apareció la chance concreta de Banfield y me decidí. Por suerte siento que no me equivoqué, estoy en un grupo bárbaro, con un equipo que ya dio muestras de estar para grandes cosas después de ganarle a River e Independiente. -¿Se puede decir que tomaste esta posibilidad como un trampolín para volver a Europa? -Trato de no pensar en eso. Yo quiero hacer un buen torneo y punto. Si bien volver a Europa significaría asegurar mi futuro, hoy mi meta es jugar un tiempo más en el país. -No querés regresar porque cuando estuviste te desilusionaron. -Puede ser, cuando uno accede a irse es porque cree que va a estar mucho mejor que en Argentina y yo viví todo lo contrario. Me fui al Porto de Portugal, un grande de Europa, y no me trataron muy bien. Me tuvieron dos meses diciéndome que me iban a respetar el contrato y sin embargo me encontré con otra realidad. Para colmo cuando arreglé mi situación ya era demasiado tarde, acá el libro de pases estaba cerrado y no me quedó otra que irme a la filial del Villarreal. En definitiva, me fui a Portugal para cumplir con cuatro años de contrato y terminé jugando en Villarreal.
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