Comienza un nuevo ciclo. De aquel domingo 7 de junio de 1998 a este domingo 10 de noviembre de 2002 transcurrieron 53 meses y 3 días. Ese es el tiempo que se consumió para que Miguel Angel Russo vuelva a pisar el césped del Gigante de Arroyito como técnico de Rosario Central. Las estadísticas indican que en su primer paso por la entidad sumó el 46 por ciento de los puntos que disputó y que en el Apertura 97/98 ubicó al equipo en la tercera posición, luego de ganar 10 encuentros, empatar 5 y perder los 4 restantes. Mientras que las emociones grabaron en la memoria el clásico jugado en este torneo, ya que el 23 de noviembre de 1997 Central goleó a Newell's por 4 a 0 en un cotejo que concluyó anticipadamente porque los rojinegros, dirigidos por Mario Zanabria, quedaron en inferioridad numérica. Fecha a la que el pueblo centralista denominó como "El Día Nacional del Abandono". Después Russo también dirigió a Central en el Clausura 97/98, y allí la campaña futbolística no fue tan próspera como la anterior, ya que los canallas terminaron el torneo en el puesto 13, tras ganar 5 partidos, empatar 7 y perder otros 7. La turbulencia política institucional y el interés de Salamanca de España precipitaron la salida de Russo, quien dos semanas antes de que concluyera el Clausura viajó a España para acordar su vínculo con la entidad europea y luego regresó a Rosario para cumplir con su contrato. El 7 de junio del 98 Russo se despidió de Central. El mismo día que Omar Arnaldo Palma jugó su último partido oficial. Fue ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy, que por aquel entonces era dirigido por Néstor Manfredi, y en el que los norteños se impusieron por 3 a 2. Miguel Angel Russo volvió a Central y está frente a un desafío mucho más complicado que el que asumió en 1997. Porque ahora el promedio canalla exige resultados. Y porque debió reemplazar a un técnico identificado con la historia auriazul. La misión no es fácil. Pero el técnico es optimista. Hoy rinde el primer examen.
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