La semana de entrenamientos de Miguel Angel Russo en su segundo ciclo como técnico de Central no podía terminar de otra manera. Arrancó el miércoles con una práctica en doble turno en Palos Verdes haciendo hincapié en rigurosos ensayos tácticos y culminó ayer a la mañana en la ciudad deportiva repasando los movimientos defensivos que el equipo deberá cumplir al pie de la letra antes de salir a la cancha para enfrentar esta tarde a Nueva Chicago en el Gigante.
Pero las maniobras en las que machacó el flamante entrenador en la lluviosa mañana de la ciudad deportiva no sólo afectaron a la línea del fondo a la hora de los tiros libres rivales, sino que el DT puso especial énfasis en la ubicación que deberán tomar los defensores y volantes en caso de que Hernán Castellano dé rebotes en la ejecución de esos remates. Precisamente en ese aspecto, las señas del entrenador fueron por demás de elocuentes y hasta en algunas casos las acompañó con gestos de aprobación ante la resolución experimentada por sus jugadores, en especial cuando Mandra y Figueroa despejaban el peligro cerca del área.
Otro de los ítem que se retocó en el mencionado entrenamiento tuvo que ver con la distribución de funciones en los córners a favor. Si bien en el proceso de César Luis Menotti el encargado casi exclusivo de tirarlos era Cristián Pino, en esta nueva etapa Russo mantuvo al cordobés como ejecutante pero también lo sumó a Gustavo Barros Schelotto. Una muestra más de la confianza que deposita el DT en el experimentado volante y un indicio de lo que dejó entrever el día que asumió señalando al Mellizo como uno de los lugartenientes de su idea madre.
Luego del trabajo táctico, que no se extendió más de 40 minutos, el plantel quedó en manos del preparador físico Guillermo Cinquetti para cumplir con tareas de elongación y relajación de músculos al costado de la cancha.
El primer asado
Quizás como un síntoma de unidad y compañerismo en esta etapa de pleno conocimiento, el cuerpo técnico y el plantel canalla compartieron ayer al mediodía un asado en el restorán de la ciudad deportiva. Luego del almuerzo los jugadores durmieron la siesta y cerca de las 18 merendaron en el citado lugar de concentración. Para la cena el menú elegido por el médico Pablo Colella fue un buen plato de pastas.