El operativo que mostró la punta de un iceberg

El secuestro de 108 kilos de marihuana puso al descubierto una activa red de narcos en Rosario

El operativo que llevó a la detención de Sergio Arriola, quien habría liderado una banda de narcos con asiento en el barrio Las Flores y de quien el hombre muerto ayer habría sido su brazo armado, se realizó el pasado 7 de septiembre en cercanías del túnel subfluvial que une las ciudades de Santa Fe y Paraná. Aquel día, los agentes de Drogas Peligrosas interceptaron el paso de dos vehículos que acababan de ingresar a la provincia por la ruta 168. En ellos viajaban seis personas mayores y cuatro niños. Lo que parecía un viaje familiar quedó desvirtuado cuando los investigadores requisaron los vehículos. En el baúl de un Fiat Duna fueron hallados 108 kilos de marihuana distribuidos en 14 panes compactados que tenían por destino la ciudad de Rosario. Según trascendió en aquel momento, la droga provenía de Paraguay, desde donde se ingresaba al país por vía fluvial hasta la provincia de Corrientes y desde allí en auto a su destino final.
Después de ese procedimiento la policía empezó a desenredar un complejo ovillo que se tejió con la disputa territorial de clanes que distribuyen drogas en el sur de la ciudad, al parecer sin mayores inconvenientes, y que tienen una historia plagada de hechos de sangre y crímenes. Entonces se realizaron nueve allanamientos en el barrio Las Flores y en Villa Gobernador Gálvez y fueron apresadas 12 personas. Entre ellas estaba un hombre de apellido Ferreyra, imputado por el homicidio de Damián Tata Maldonado, quien para la policía era el lugarteniente de la llamada "banda de los monos", uno de los clanes enfrentado a los Arriola. Ese hecho sucedió en abril pasado en Flor de Nácar y pasaje Belén y también tuvo como saldo la paraplejia que hoy afecta a José Fernández, de 17 años.
Sin embargo, quien fue identificado como el líder de la banda, Sergio Arriola, logró escaparse de la ciudad. Una semana después fue localizado en Villa Carlos Paz y traído a Rosario.
Pero la tarea investigativa no terminó allí. La policía sabían que aún quedaban puntas del ovillo por tomar y entre esas estaba la captura de Alejandro García, el presunto brazo armado del jefe que ayer murió en un presunto enfrentamiento.