A través de sus seis discos ("Cabeza", "Quemado", "Pez", "Frágilinvencible", "Convivencia sagrada" y "El sol detrás del sol"), Pez se convirtió en una de las bandas más curiosas y arriesgadas del rock nacional de los últimos años. También se transformó en un signo de independencia artística, sin tener una posición extremista. "Me gustaría contar con una estructura para hacer lo que quiera, que alguien me banque las giras o me tire algún contacto para tocar en el exterior. Esas cosas que te da una multinacional están buenas", admitió Ariel Minimal. Pero también reconoció que "nadie invertiría plata en Pez, y menos respetando la música del grupo. Sería muy loco. Nosotros no podríamos ser el Mambrú de ninguna compañía", aseguró.
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