Moscú. - Un ex rehén ruso, colaborador de la Agencia France-Presse, relató que durante el asalto del sábado por la mañana, tras haber respirado el gas, perdió de inmediato el conocimiento, como si hubiera "bebido una tonelada de vodka". "Nadie se dio cuenta de lo que estaba pasando. Todos nos tiramos al suelo cuando percibimos el gas. Había una bruma ligera que bajaba del techo, con un olor a quemado. Todo el mundo comprendió que iba a comenzar el asalto", contó Oleg Ziogonov, de 23 años, asistente de redacción en la oficina de la AFP, interrogado en su cama en el hospital. "Me intoxiqué menos que los otros. Tenía una bufanda alrededor del cuello y la puse sobre mi rostro. Perdí el conocimiento y lo recobré varias veces. Era como si hubiera bebido una tonelada de vodka. Oí gritos. Y muchos disparos como en un combate". También afirmó que no vio "ningún cuerpo herido de bala" cuando fue evacuado tras el asalto, reforzando así la tesis según la cual la mayoría de las víctimas murió asfixiada por el gas utilizado por las fuerzas rusas. Cuando terminó el asalto, socorristas del ministerio de Situaciones de Emergencia comenzaron a evacuar a los rehenes. "No vi a nadie muerto por bala. Me ayudaron a salir. Vi a varios socorristas que llevaban a gente que no podía caminar. Vi como veinte rehenes en el suelo. Ninguno estaba herido de bala", agregó. "En el vestíbulo del teatro, había decenas de personas en el suelo. Caminaba por encima de los cuerpos. Ninguno estaba herido. No vi sangre", subrayó. Ziogonov destacó que mucha gente se encontraba en estado crítico, en especial niños y adolescentes, que estaban inconscientes. "Había un adolescente en mi autobús y los médicos temían que no sobreviviera antes de llegar al hospital". "Me pusieron en observación a causa del gas. Tenían miedo de los efectos secundarios. No nos dijeron nada sobre el tipo de gas utilizado", agregó. Respecto a los miembros del comando checheno, Ziogonov dijo que aunque al comienzo eran "muy corteses", algunos se volvieron "agresivos" rápidamente, hasta amenazar con matar a diez por por hora. "Nos amenazaban cuando había algún problema. Nos dábamos cuenta porque se ponían nerviosos. Decían: «Si las autoridades siguen molestándonos, vamos a decapitar a algunos de ustedes»". El jefe del comando, Movsar Baraiev, muerto durante el asalto, era el sobrino del jefe de guerra rebelde Arbi Baraiev, quien había secuestrado en Chechenia a tres británicos y a un neocelandés, que fueron hallados decapitados en diciembre de 1998. El comando mató a una joven mujer que entró al teatro, aparentemente ebria, el miércoles por la noche. "Ella se comportaba de manera agresiva", contó Oleg. "Baraiev ordenó matarla. No fue él quien la mató. Se la llevaron y luego se escucharon cuatro disparos". La conversación con Oleg Ziogonov con AFP fue interrumpida por orden del médico. Antes, cuando lo oía hablar en francés, trató de interrumpir la conversación y dijo que todas las conversaciones telefónicas eran escuchadas. La censura comenzó a funcionar al tiempo del polémico rescate.(AFP)
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