La jornada de ayer en el Coloso seguramente quedará para la historia. Es que debe ser la primera vez (los memoriosos tal vez refuten el dato) en que la hinchada de Newell's despide con un aplauso sostenido a un equipo visitante, después de silbar estruendosamente a sus jugadores. Claro que lo llamativo del caso es que esta circunstancia se dio en el marco de un triunfo rojinegro, que significó no sólo el final de una mala racha de 6 fechas sin alegrías sino el debut victorioso de un técnico de jerarquía, como lo es Héctor Rodolfo Veira, en casa. Fue tan llamativo lo sucedido, que muchos hinchas se quedaron varios minutos en la tribuna esperando que los jugadores bahienses terminen de ofrendarle la camiseta a su hinchada para ovacionarlos cuando encararon la manga, muy especialmente a Carrario. Quedó claro que al hincha leproso no le vendieron los espejitos de colores de los tres puntos.
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