Año CXXXV
 Nº 49.639
Rosario,
martes  22 de
octubre de 2002
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El Flaco negativo
Atravesado por el desequilibrio

Sergio Faletto / Ovación

El presente futbolístico de Central no es cómodo, tampoco dramático. Lo que es indudable es que el desequilibrio atraviesa la realidad auriazul en toda su estructura. Porque más allá de las fieles convicciones con las que se analice este momento, cuando los resultados no son los esperados la preocupación modifica las certezas y acentúa los interrogantes. Y los pensamientos entran en crisis. Que no tendría mayor incidencia si esto sólo se circunscribiera a los directivos e hinchas, pero existen sobrados ejemplos para afirmar que las dudas también se instalaron en el cuerpo técnico y los jugadores. En definitiva los privilegiados protagonistas de esta historia. Sobre este Central algunos dicen que el mayor problema está en los resultados de los últimos siete partidos. Los otros expresan que el inconveniente reside en los flojos desempeños del equipo en los mismos siete encuentros. Y la verdad irrefutable está englobada en ambos diagnósticos. Lo que no está claro es qué debe hacer Central para salir de esta difícil situación. Y en el análisis surgen preguntas. ¿Menotti cuenta en el plantel con los jugadores necesarios para desarrollar el esquema que pregona? ¿Si no es así, por qué el técnico no ajusta el planteo a los recursos existentes? ¿Está dispuesto el entrenador a modificar un pensamiento forjado en años por el pragmatismo que ofrecen otras opciones? ¿Los futbolistas que habitualmente son titulares tienen la experiencia suficiente para soportar la presión de tener la obligación de sumar?
Si las respuestas se buscan en lo expuesto hasta ahora por el equipo, la mayoría se aproximará más al no que al sí. Fundamentalmente porque Central es un conjunto que pasó del blanco al negro sin siquiera transitar por el aprendizaje de los grises. Lo que refleja con nitidez que los canallas no tienen equilibrio. Y hasta ahora el balance indica que el negro adquirió una tonalidad más intensa. Por esto es que Menotti y los jugadores primero, o los dirigentes después, deberán hacer algo para variar la resultante de este comportamiento tan preocupante. También es menester que los referentes de este contexto comprendan que el clima inestable que vive el centralista no es propicio para actos de suficiencia, vedetismo o desplantes. El hincha quiere saber de qué se trata. Y hoy solicita explicaciones. Mañana quizás no ofrezca esa posibilidad.


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