| El colapso económico que potenció a niveles inéditos el proceso de pauperización iniciado en los últimos años, puso a prueba la capacidad del Estado para atender la emergencia social. Y puso a los organismos tecnológicos como el Inta en la primera línea de combate contra el hambre, al menos en el capítulo que refiere a una de las fórmulas más genuinas de asistencia, como es la autoproducción de alimentos. Así, el programa Pro Huerta, nacido en el año 1990, asistió a una explosión de la demanda. E... |