Año CXXXV
 Nº 49.615
Rosario,
sábado  28 de
septiembre de 2002
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Toma forma un mecanismo para reestructurar deudas soberanas

Los países desarrollados integrantes en el Grupo de los 10 (G-10) dieron ayer su apoyo a la propuesta de un mecanismo de reestructuración de la deuda de los países que promueve el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que seguiría reglas similares a las declaraciones de bancarrota, en la cual la Argentina aparece como caso testigo.
En cambio, los países en vía de desarrollo denominados Grupo de los 24 (G-24) acordaron, en una reunión que se realizó en paralelo a la del G-10, rechazar el proyecto que impulsa el FMI para crear el mecanismo que regule la renegociación de deudas soberanas, por considerar que el mismo puede derivar en barreras que impidan el acceso al crédito de los países pobres.
Al término de una reunión celebrada en Washington, el G-10 coincidió con el FMI en que son complementarios los enfoques estatutario y contractual para responder al problema creado por deudas insostenibles de naciones que deben ser reestructuradas.
Los ministros y gobernadores de los bancos centrales "coincidieron en que una serie de provisiones en los contratos de deuda soberana aumentaría la resolución de la deuda y fomentaría una expansión ordenada del mercado para la deuda de los mercados emergentes", dijo el G-10.
El FMI promueve la creación de un mecanismo de bancarrota, o moratoria temporal, que permita a los países seriamente endeudados realizar una reestructuración controlada de sus deudas bajo la protección del sistema financiero internacional.
El papel que asumiría el FMI dentro de ese mecanismo ha despertado las críticas del sector privado, especialmente en Estados Unidos, que desconfía del liderazgo de esa institución en el proceso.

Con el sello Krueger
La subdirectora del FMI, Anne Krueger, confía en que el CFMI, el órgano que tiene el mandato político del Fondo Monetario, otorgue hoy la autorización para la propuesta, que ella ha impulsado personalmente.
Para aprobarse, deben modificarse los estatutos del FMI, algo complicado en un organismo que tiene 184 miembros, aunque en cualquier caso tardaría años en poder ponerse en marcha.
El G-24, que rechazó ayer la propuesta, se manifestó en favor de "reestructuraciones voluntarias, específicas para cada país, y en armonía con las normas de mercado". Además, los ministros de finanzas de los 24 países afirmaron que "cualquier propuesta debe ser enmarcada de una forma que no afecte el volumen ni las condiciones del acceso de los países en desarrollo a los mercados financieros".
Durante el proceso de moratoria temporal, el país que se acoja a ese mecanismo no pagaría sus compromisos y ejecutaría reformas para poder reestructurar su deuda.
Ese mecanismo se ha inspirado en la crisis de Argentina, que en diciembre declaró una moratoria de la deuda con los acreedores privados y se encuentra en dificultades para hacer frente a los pagos contraídos con los organismos financieros.


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