Qué equipo raro este Central. Como esos nupros, o nuevos pobres, anda a los tumbos por la cancha como por la vida misma. Y lo hace con la pasión de su gente. Sin términos medios. O juega partidazos y golea como contra Lanús, sólo golea como contra Gimnasia y Racing, hasta juega bien como en el recordado clásico de hace apenas 15 días, o desaparece literalmente de la cancha como le pasó después de convertirles a Vélez y a Colón.
Claro que las casualidades no existen, como bien decía el maestro Sábato. Entonces habrá que buscar en las causalidades y parece mentira que Central haya dilapidado ayer casi todo como esos antiguos ricos. Después de llegar al gol en una de sus primeros avances, a través de una buena proyección de Marcelo Quinteros por la derecha hasta el fondo, que terminó con un centro y la invalorable colaboración de Jorge Martínez para empujarla al fondo de su arco. Colón buscaba el rincón como un viejo boxeador mareado, pero Central cometió el imperdonable error de no definir el encuentro cuando tuvo la oportunidad de hacerlo de contraataque, en el segundo cuarto de hora del primer tiempo.
Y Colón, cuyos plateístas temieron otra goleada cuando estuvieron en desventaja, acertó en su segunda llegada clara con una jugada de pelota parada: tiro libre pasado de Migliónico desde la izquierda, cómodo cabezazo de Pereyra y la solitaria palomita de Parodi para comenzar a encontrar por arriba lo que Central había conseguido por abajo.
En contrapartida, Central dispuso enseguida de un par de réplicas en los pies del Chelito Delgado, que terminaron en un remate al arco y en un intento de centro, ante un Colón que respondió con otra jugada de pelota detenida en la que el Rifle Castellano salvó dos veces su arco ante un cabezazo de Morant y una volea de Javier Delgado.
El segundo tiempo resultó un partido totalmente prescindible, al extremo que Colón apenas pateó dos veces al arco antes del gol de volea de Pereyra -que recibió un córner en el borde del área sin marca- y que Central recién ensayó su primer tiro en el primer minuto de descuento.
En realidad, no sólo Central jugó lejos el peor segundo tiempo del torneo sino que será difícil encontrar un partido en el que cometa semejante cantidad de errores. A saber: 1º) El Negro Quinteros se rompió el menisco derecho y no sólo no debería haber jugado ayer, cuando tuvo su peor partido del Apertura después de haber sido el mejor jugador canalla del torneo, sino que tendría que haber salido cuando se lesionó contra Vélez. 2º) Central otorgó demasiadas ventajas en las pelotas paradas, al punto que Colón le pegó un cabezazo en el travesaño y le ganó el partido con un par de centros. 3º) No se puede ganar un partido sin patear al arco y, si no, que lo cuente Central, que jugó de mayor a menor a tal punto que en el primer tiempo tocó bien y llegó poco, en el comienzo del segundo sólo tuvo buena circulación y terminó con un solo tiro en el complemento.
Claro que así como el Flaco Menotti fue mesurado en el dorado festejo del clásico, tampoco dramatizó ayer esta aciaga derrota. Ahora, como el viejo cirujano al que llamaron con urgencia, deberá remendar a su equipo maltrecho en el Vía Crucis que recorrerá hasta el viernes. Central carga con la vera cruz.
Síntesis
Colón 2: Irigoytía 5; J. Martínez 4 (45' Toresani 7), Morant 6, Píccoli 5 y Pereyra 7; M. Romagnoli 6, Capurro 5, J. Delgado 6 y Migliónico 5 (55' Hidalgo 5); Parodi 8 (89' Mina Polo) y Carignano 6. Suplentes: Tombolini y Herbella. DT: Edgardo Bauza.
R. Central 1: Castellano 6; Ferrari 6, Talamonti 5, D. Díaz 7 y Rivarola 6; M. Quinteros 5, D. Quinteros 4 y Pino 4 (68' Gvo. B. Schelotto 3); De Bruno 4 (64' Arriola 4); C. Delgado 5 y Mandra 4 (68' Pierucci 4). Suplentes: Manchado y M. González. DT: César Menotti.
Estadio: Colón.
Arbitro: Roberto Ruscio (6) \Goles: 14' J. Martínez (C) en contra, 29' Parodi (C) y 79' Pereyra (C).
Expulsado: 90' Rivarola (RC).