Año CXXXV
 Nº 49.602
Rosario,
domingo  15 de
septiembre de 2002
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Manso sigue sin encenderse
El volante mostró mayor entrega y sacrificio, pero estuvo muy impreciso

Damián es un buen jugador y tiene mucha claridad para jugar. No le voy a cargar la culpa de perder el partido, seguro que cuando él juega bien también lo hace el equipo". Julio Zamora aguarda que Manso aparezca y vuelva a ser el conductor que el equipo del Parque necesita. Pero esa espera se hace extensa y el Piojo no responde a las expectativas que se generan en torno a su figura.
El volante anoche tuvo mayor movilidad y entrega. Ni bien comenzó el encuentro se lo vio correr como muy pocas veces lo hizo y hasta fue a pelear la pelota con los lungos tatengues sin guardarse nada.
Estaba claro, las opacas actuaciones de los últimos encuentros lo llevaron a tratar de cambiar la imagen y tener mayor actitud. Pero sus intenciones fueron vanas, porque en contadas ocasiones el Piojo logró terminar bien una jugada.
Pero si hay algo que llama la atención es la imprecisión que tiene el jugador. Los centros que ejecutó se fueron desviados y sin destino alguno. Cuando intentó probar al arco tras una maniobra personal la pelota se fue lejos del arco. Al momento de meter un pelotazo en profundidad para un compañero el intento era malogrado. Algo que llama la atención en un jugador con las cualidades que posee.
"¿Qué le pasa a Manso?", se preguntaba apesadumbrado un plateísta en el entretiempo. Pero en realidad su bajo rendimiento no debería sorprender demasiado porque el Piojo ya pasó por estos momentos de baja producción futbolística. En una ocasión el motivo fue por el frustrado pase a Lens de Francia.
También Andrés Rebottaro en algún momento tuvo que sacarlo del equipo, pero con la idea de aprovecharlo en los segundo cuarenta y cinco minutos (como lo hizo ante un choque con Talleres en Córdoba).
Incluso, Juan Manuel Llop durante una pretemporada dejó al Piojo fuera del equipo titular. Una decisión que en su momento había generado sorpresas.
Zamora depositó toda su confianza sobre el jugador y lo banca. "En algún momento va a jugar bien", había dicho durante la semana. Anoche tuvo mayor actitud, pero eso no le alcanzó para tener el rendimiento que necesita el equipo. Una de las pocas veces que lo hizo fue cuando tuvo a Marino como socio.
Seguramente el entrenador habrá tomado debida nota de esto y, tal vez, en la próxima presentación incluya al volante de Los Surgentes con la intención de que el equipo pueda tener más volumen de juego.


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