Los vecinos del macrocentro, que viven entre Pellegrini, Oroño y el río, son los más sucios de la ciudad. Así lo demuestra un relevamiento realizado por la Municipalidad, en los últimos meses, que tiene como objetivo lograr que los rosarinos mantengan limpia la vía pública. El estudio también refleja que, dentro de ese sector, las calles donde se concentra la mayor cantidad de basura fuera de los horarios de recolección son Montevideo y Zeballos. Esta situación se agrava con el cirujeo, en ese radio, que según el municipio en los últimos meses se multiplicó por diez.
La Dirección de Política Ambiental de la Municipalidad labra unas cien multas por mes por no respetar los horarios estipulados para sacar los residuos. Las sanciones alcanzan tanto a particulares como a negocios, aunque la delantera la llevan los comerciantes cuyas infracciones alcanzan el 60 por ciento de las actas labradas mensualmente.
Según advirtió el director de Política Ambiental, Claudio Censín, desde abril a agosto se hicieron más de 650 actas, en su mayoría en el casco céntrico. En esa área, sobresalen por la roña las calles Montevideo y Zeballos desde Corrientes hasta Necochea.
La mayoría de los moradores de esas calles no respeta ninguna de las indicaciones horarias para sacar la basura e incluso es común observar cómo se arrojan bolsas desde los departamentos.
Y si de graficar la tendencia se trata, basta con el testimonio de una vecina de calle Montevideo: "Es increíble, todos tiran la basura a cualquier hora. Por la noche los pibes van a los quioscos y dejan las botellas en las veredas. Incluso hay gente que tira las bolsas desde los departamentos", relató Laura, quien padece la desaprensión de sus vecinos, en una planta baja de barrio Martin.
El horario clave
Pero hay bastante más. Censín acotó que la franja horaria caliente por el tema de la disposición inicial de los residuos, lo que se llama hora sucia, debería ser entre las 20 y las 23, es decir de tres horas entre que se sacan los residuos y se recolectan.
Sin embargo, la hora sucia en el macrocentro abarca casi ocho horas ya que desde las 17 hasta la medianoche los vecinos, particulares y comerciantes, sacan los desechos a la calle. Desde la tarde temprano los cirujas llegan al lugar lo que provoca el desparramo de desperdicios a raíz de la apertura de bolsas y paquetes. Según el municipio son más de 850 personas las que apelan, en el radio céntrico, a la basura como forma de vida.
A partir de esta realidad se contrató un servicio adicional de segunda recolección a las 23 horas, pero a simple vista parece que tampoco alcanza ya que luego de este horario comerciantes y privados continúan sacando los residuos.
De este modo, Censín explicó que la franja horaria más conflictiva se extendió de tres a ocho horas. "Sin la colaboración de los vecinos terminamos pagando servicios extras entre todos", reflexionó Censín.
El funcionario llamó a modificar la conducta ciudadana en relación al aseo del espacio público. "Es sólo una cuestión de respeto y de comportamiento cívico que nos permitirá distinguirnos, como se distinguen por su prolijidad los vecinos de la ciudad de Mendoza", recalcó.
El problema se agudiza los domingos ya que desde principios de año se suspendió, a caballo de la crisis económica, la recolección nocturna de los días sábados. Caminar los domingos a la mañana, también por el macrocentro, puede ser una tarea por lo menos desagradable cuando no peligrosa. Montañas de basura esparcidas a lo largo y ancho de las veredas que incluyen restos de comida podrida, vidrios rotos, muebles desvencijados y papeles, entre otros desperdicios.