El ex ministro de Gobierno de la provincia, Roberto Rosúa, se mostró preocupado ante el incremento en la cantidad de agentes de seguridad privada y consideró que "lo ideal es que la seguridad de la gente la brinde el Estado". No obstante, admitió que "el mayor control que hoy pide la población no puede ser cubierto por la policía". En tal sentido, subrayó que los uniformados cumplen en la actualidad con "múltiples funciones ajenas a la específica" y puso el acento en la "superpoblación de detenidos" que registran las comisarías de la ciudad. "En lugar de estar patrullando las calles, muchos efectivos tienen que quedarse a cuidar a los reclusos y esa no es su tarea específica", señaló.
El hombre que planificó las políticas de seguridad durante la gestión de Jorge Obeid remarcó que "en los últimos tiempos se incrementó la tasa delictual y la violencia con la que se cometen los delitos", y vio en ese auge el origen del incremento en la sensación de inseguridad de la población. "Esto es básicamente lo que provoca que aumente la cantidad de vigiladores privados", indicó.
Pero el ex funcionario se mostró preocupado ante la presencia de este ejército privado que funciona de modo paralelo a la policía. "Esto es realmente preocupante y requiere una seria atención por parte del Estado, ya que está adquiriendo una gran dimensión", consideró.
Y no es para menos, si se tiene en cuenta que la cantidad de vigiladores que operan en Rosario se acerca a la de los mismos efectivos de la seguridad estatal. Mientras la policía cuenta con 4 mil hombres, el ejército de vigladores ya recluta a casi 3 mil (ver informe central).
El ex ministro de Gobierno recordó además que "en su momento se propuso la creación de Dirección Provincial de Registro y Control de empresas de seguridad, como un intento de empezar a fiscalizar su accionar", y remarcó que desde ese momento "se realiza un estricto control de las agencias".
Por un control más férreo
Lo cierto es que para el ex funcionario "el Estado tiene que comenzar a controlar de modo más férreo" al personal que se desempeña como vigilador.
A renglón seguido, estimó que "si la policía pudiera liberarse de la función de guardiacárcel, seguramente tendría más posibilidades de satisfacer la actual demanda de seguridad de la gente".
No obstante, Rosúa también se mostró preocupado por remarcar que "los recursos humanos son escasos. Si la policía quisiera brindar seguridad en los distintos lugares donde hoy lo hacen las empresas privadas, tendría que recargar demasiado al personal y se le haría muy difícil brindar los distintos servicios", estimó.
Más allá de esto, dejó en claro los "distintos roles" que cumplen la policía y la seguridad privada. "A nadie se le ocurriría poner el control general de la seguridad de la población en manos de una empresa privada", destacó.
D.V.