Año CXXXV
 Nº 49.570
Rosario,
miércoles  14 de
agosto de 2002
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Ramallo, el juicio. Niegan que el grupo Halcón haya repelido a los ladrones
Por primera vez un policía asegura que no partieron tiros desde el auto
Es un guardia que estuvo frente al banco. Además consignó una acción de un suboficial para ocultar pruebas

Sergio M. Naymark / La Capital

Si hasta ayer hubo un pacto entre las filas de la policía bonaerense tendiente a defender su actuación durante la denominada Masacre de Ramallo, quedó desarmado tras el testimonio de un sargento ayudante retirado. Con un tono de voz seguro y campechano que llevó al tribunal a pedirle en un par de ocasiones "más seriedad", el testigo dijo sin titubear que "no existió tiroteo entre los delincuentes (que huían a bordo del auto con los rehenes) y los hombres del grupo Halcón. Desde adentro del vehículo no hubo disparos". Asimismo, dio pistas sobre el posible encubrimiento montado por la bonaerense al inculpar a un suboficial de haber recolectado pruebas junto al auto baleado y guardarlas en una bolsa plástica a la que rotuló "para Coco". Poco después, el policía acusado negó ese testimonio y el hecho derivó en un careo que no tuvo otros efectos.
Juan Bautista Mosto tiene 57 años y la pinta de un abuelo de pueblo. En septiembre de 1999, cuando ocurrió el asalto al Banco Nación de Villa Ramallo, era custodio y chofer del obispo de San Nicolás. Al enterarse de lo que sucedía se ofreció para participar del despliegue policial. "Estuve toda la tarde parado frente al portón de ingreso al banco. En la vereda de enfrente, pero en línea recta". A las 3.50 de la madrugada notó que los hombres del grupo Halcón se paraban donde funcionaba el centro de operaciones. Y a las 4 vio que se abría el portón del banco.
Reseñó que oyó a Flora cuando pedía que no tirasen porque iban a salir. Dijo que él repitió eso para que lo escucharan desde la posición de los halcones. "Pero un policía que estaba cerca mío me dijo «dejate de hinchar, no digas nada». Entonces pensé que estaba todo planeado y programado desde la escuela. Después salió el auto, despacio. Empujó la camioneta (de Oca en la que había llegado el rehén Fernando Vilchez) y enfiló por la vereda, despacio. En ese momento se siente un tiro desde el grupo Halcón y atrás todos los demás. Yo no escuché ninguna voz de mando, pero para mí no hubo tiroteo y le aseguro que desde adentro del auto no hubo disparos hasta que llegaron a la esquina". Ese relato de Mosto echó por tierra lo dicho hasta entonces por los demás policías.
Incluso, puso en duda lo manifestado el lunes por el 2º jefe del grupo Halcón, subcomisario Gerardo Ascacibar, quien se atribuyó la orden de "tirar a los neumáticos" del auto a través de directivas precisas, respaldó el accionar de sus subordinados y argumentó que un oficial de apellido Andrada le explicó que "tuvieron que disparar porque tiraban desde adentro" del auto.

Encubrimiento
Tras la balacera Mosto fue destacado como consigna junto al Volkswagen Polo de Chaves. "Cuando llegué junto al auto vi al gerente (Chaves) tirado en el piso, a un delincuente (Javier Hernández) que estaba al lado y que murió a mis pies y a la mujer (Flora Lacave) tirada en el pavimento boca arriba", dijo el sargento retirado.
Sostuvo que a las 5 abrieron el baúl los peritos de explosivos sin retirar nada. Y que recién a las 7 le pidieron que atestiguara qué cosas que se incautaban. "Entonces sacaron algunos juguetes, ropa vieja, cosas sin importancia que fueron volcando a un inventario", relató Mosto.
Pero, ante una pregunta del fiscal Warr, Mosto reiteró algo que dijo en Prefectura. "El suboficial Ferreyra sacó algunas cosas que estaban junto a los cuerpos de la calle, un gorro, una bufanda y otras cosas que serían del delincuente y las puso en una bolsa plástica de color rosa en la que con un fibrón rojo escribió «para Coco»". Esa bolsa, según Mosto, "quedó junto a un montículo de ropa, detrás del auto".
Tras el testimonio de Mosto fue el turno del mencionado (Oscar Alberto) Ferreyra, mecánico armero de la Departamental San Nicolás, quien dijo que tras permanecer frente al banco en las primeras horas del 16 de septiembre se fue a su casa a las 18 y retornó cuando los peritos revisaban el auto y los cuerpos estaban tendidos en la calle. "No pude acceder al lugar porque ya estaba todo precintado y no pude ver que alguien sacara algo del auto", declaró, contra lo que Mosto había apuntado minutos antes. "Yo no saqué nada del auto ni lo puse en ninguna bolsa con la inscripción «para Coco»" afirmó Ferreyra con tranquilidad. Tras ello, Santiago Harte, vocal del tribunal, pidió un careo entre los testigos y en esa etapa ambos ratificaron lo dicho (ver aparte).

Pacto y futuro
Sobre el bulevar Oroño y mientras esperaba el remís que lo llevara de vuelta a San Nicolás, Mosto aseguró: "Yo no sé si hay pacto de silencio y mucho menos si lo rompí. Vine a decir la verdad. Seguramente voy a tener que volver más adelante por el otro juicio (la causa 1080/99 que investiga el homicidio de los rehenes) y allí seguiré diciendo todo lo que vi y lo que se. Que a Martín Saldaña (el delincuente que apareció ahorcado en la celda de la comisaría de Ramallo) se la tenía jurada toda la policía porque habría matado a un agente en un asalto o que al gerente del banco los fusiló (el suboficial Oscar) Parodi y le voló la cabeza con un FAL. Yo no me voy a callar, si vengo a la justicia es para que se sepa la verdad y nadie me va a apretar para que me calle y no lo haga".



"Yo no le tengo miedo a nadie", dijo Juan Mosto.
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