Un explosivo que no podría haber detonado

Ayer hubo nuevas menciones sobre un handy conectado a la frecuencia policial en poder de los asaltantes y a la carga explosiva que pendía del cuello del gerente Carlos Chaves al desencadenarse la masacre.
A la mañana, el inspector retirado José Antonio Salguero relató cómo ofició de nexo entre la comisaría 2º de Villa Ramallo y la Departamental de San Nicolás a título informativo. Seguidamente, el oficial inspector Pedro Rivero -entonces jefe de la Oficina Coordinadora de San Nicolás-, dijo que "los delincuentes tomaron contacto con (el 2º jefe del Comando de San Nicolás, el oficial principal Jorge) Ayala vía radial" y señaló que desde la comisaría de Ramallo conversó con "Miguel" (el fallecido asaltante Javier Hernández), quien pedía una de las llaves de la bóveda guardada en esa repartición. "Le dije que debía entenderse únicamente con Pablo (el negociador del grupo Halcón)".
Otro de los testigos fue el entonces jefe de Investigaciones Complejas de Ramos Mejía, Juan Ramón Reynoso, quien al encontrarse en la zona se encargó de "resguardar pruebas" tras la masacre y acopió los efectos que le quitaron al asaltante Martín Saldaña antes de asistirlo: dinero, papeles, municiones, un cortapapeles, un cargador, un trabacorbatas y un reloj.
Otro policía, el sargento primero de San Nicolás Luis Argentino Aguirre, relató cómo custodió desde las 4 hasta las 8 de la mañana del 17 de septiembre, dentro de una ambulancia, a un "exaltado y nervioso" Saldaña para luego trasladarlo a la comisaría donde más tarde aparecería ahorcado.
Por la tarde fue el turno del oficial inspector Claudio Sarlo y el cabo 1º Miguel Montiel, quienes llevaron adelante la búsqueda de explosivos en el auto y aseguraron que "el pan de trotyl que pendía del cuerpo del gerente (Carlos Chaves) no podría haber explotado porque no tenía el detonador".
También declararon tres empleados del Banco Nación y un ex ordenanza de la entidad a quienes les exhibieron los planos del banco hallados en poder de un imputado y uno de los delincuentes. No pudieron decir si correspondían al edificio aludido.