Ueberlingen, Alemania. - La colisión aérea que causó 71 muertos en Alemania, entre ellos 52 niños rusos que viajaban de vacaciones, fue probablemente causada por una serie de confusiones -errores humanos- y fatalidades que hicieron que los aparatos chocaran cuando los pilotos trataban precisamente de evitarlo. El gobierno alemán, Rusia y Suiza cruzaron acusaciones sobre la responsabilidad del error humano que causó el accidente del lunes. Los controladores de tráfico aéreo suizos dijeron que el piloto del Tupolev 154 de la compañía Bashkirian Airlines -con adolescentes que viajaban a España de vacaciones- reaccionó con demasiada lentitud a las repetidas advertencias de la torre de control de Zurich para que descendiera antes de chocar con el avión de carga, un Boeing 757 de la compañía internacional de mensajería DHL Worldwide Express. Sobre esta hipótesis también trabaja la policía germana. Tres veces después. El piloto del Tupolev 154 inició el descenso sólo después que los controladores suizos se lo pidieron tres veces, comentó Anton Maag, un representante de la compañía de controladores suiza Skyguide. El controlador agregó que aún no estaba claro por qué tardó tanto en responder a las urgentes instrucciones. Sin embargo, los controladores suizos explicaron que, al ver que el piloto del Tupolev no hacía descender el avión, ordenaron al otro aparato -un Boeing 757- que bajara. Por tanto, los aviones colisionaron cuando descendían para evitar el choque. Por esto el director de la compañía Bashkirian Airlines, Nikolai Odegov, responsabilizó del accidente a los controladores suizos. La aerolínea, con sede en la república musulmana rusa de Bashkortostán -rica en petróleo- es una de las muchas que se desprendieron de la aerolínea estatal Aeroflot tras el colapso de la ex Unión Soviética. Su flota está compuesta principalmente de TU154, uno de los aviones rusos más comunes para vuelos de media distancia. Una aeronave nueva. El Boeing 757 de la empresa DHL no tenía problemas técnicos, según aseguró la compañía en Bruselas. La aeronave era casi nueva y había sido revisada a fondo hace poco, afirmó un portavoz de DHL, que subrayó que la escala realizada por el avión entre Bahrein y Bruselas en la localidad de Bérgamo fue "de rutina y no tuvo nada que ver con posibles problemas". "Nuestros pensamientos están en primer lugar con las familias del británico Paul Philips y el canadiense Brant Capioné, dos pilotos experimentados que dirigían el avión", agregó. "El avión llevaba a bordo una carga clásica de DHL, paquetes y documentos", explicó, antes de confirmar que se trata del primer accidente de la empresa en 33 años. A gran altitud. El accidente se produjo a tanta altura -10.000 metros (36.000 pies)- que desde el suelo no se vio el choque, sino sólo un gran resplandor y después varias bolas de fuego precipitándose sobre la tierra tras atravesar una capa de nubes. Los restos de los dos aviones y de sus ocupantes quedaron esparcidos en un radio de 30 kilómetros en la zona de Ueberlingen, en el Lago de Constanza, cerca de la frontera alemana con Suiza. Se trata de una región balnearia con mucho bosque y relativamente pocas casas, lo que explica en parte el "milagro" de que en tierra no haya habido víctimas, pese a que algunos trozos de fuselaje cayeron a escasos metros de casas habitadas. Los pasajeros de los dos aviones, sufrieron tal impacto que hasta ahora sólo se recuperaron 26 cadáveres, aunque se encontraron restos humanos en 57 lugares distintos. De las 71 víctimas, 69 eran rusas y viajaban en el Tupolev. El avión de carga Boeing de la compañía DHL era piloteado por un británico y su copiloto canadiense. De las 69 víctimas rusas, 17 eran adultos -entre ellos 12 miembros de la tripulación- y 52 eran niños y adolescentes, ocho de ellos menores de 12 años. De ellos 47 eran hijos de ministros y altos cargos de la república federada rusa de Bashkortostán, en el sur de los Urales. En principio los niños, que viajaban hacia España como premio a su labor escolar, debieron partir el sábado pasado pero por un error confundieron el aeropuerto de salida, ya que en su país uno sólo opera vuelos internacionales. El viaje había sido organizado por la Unesco para recompensar a los buenos estudiantes. Cadáveres y cajas negra. Cuadrillas de rescate encontraron 26 cadáveres y la grabadora de datos de vuelo del Tupolev, vital para investigar el accidente. Se cree que nadie en tierra pereció. Los socorristas encontraron ayer una de las cajas negra -la del Tupolev- y la grabadora de voz en la zona de la catástrofe, aunque se desconoce a qué avión pertenece. "Los investigadores encontraron una grabadora de voz entre los restos pero es demasiado pronto para decir si era del Boeing o del Tupolev", comentó el portavoz. "Esta mañana, se había encontrado una caja negra que se sabe que es del Tupolev", añadió. La policía desmintió declaraciones en las que el portavoz de la sociedad DHL aseguró que se habían hallado "dos cajas negras del Tupolev" por la mañana. "Sólo se encontró una caja negra del Tupolev", afirmó. Expertos rusos en el lugar. Unas veinte horas después del choque aéreo sobre el lago de Constanza, quince expertos rusos arribaron para participar en la investigación de la catástrofe. Se espera otro contingente de expertos estadounidenses y suizos para participar en la investigación que será dirigida por la policía alemana. Como los rusos, sólo cumplirán una función de observadores y no tendrán poder de decisión. (Reuters, DPA y AFP)
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