Cuatro cambios parecen muchos si se producen todos de golpe y en una situación límite, pero eso es a lo que apeló el entrenador de la selección argentina, Marcelo Bielsa, para afrontar mañana desde las 3.30 el decisivo encuentro ante Suecia en el que necesita ganar para acceder a los octavos de final y no terminar en rotundo fracaso su participación en esta Copa del Mundo. Dos referentes del plantel como Juan Sebastián Verón y Diego Simeone, un marcador volante como Juan Pablo Sorín y un lateral izquierdo como Diego Placente fueron los nombres elegidos para salir del equipo. Quienes los reemplazarán serán Pablo Aimar, Matías Almeyda, Claudio López y José Chamot. El clima interno en el plantel "sigue siendo malo" después de la derrota ante los ingleses, según confió ayer un allegado al equipo argentino. Esto fue claramente advertido por Bielsa en las 48 horas posteriores a la caída frente a los británicos, que potenció todas las zonas oscuras de este plantel ganador hasta el hartazgo. A partir de esto el técnico fue analizando uno a uno los puntos flojos ante Inglaterra, empezando por la falta de adaptación de Walter Samuel a la función de líbero que originalmente correspondía al Ratón Ayala. Por eso ante Suecia el experimentado José Chamot, quien cumplió esa tarea en varios equipos europeos, tendrá ahora la misión de barrer todo lo que dejen pasar por delante suyo el propio Samuel por izquierda y Mauricio Pochettino por derecha. Para el costado izquierdo Bielsa cuenta con un Sorín que marca y ataca, pero que obviamente por características de juego es menos ofensivo que Cristián González, por lo que el Kily será el que trabaje en esa franja. Además, Juampi jugó con una contractura ante Inglaterra y terminó mal el partido, por lo que ayer ni siquiera tomó parte de la práctica de fútbol. Y al retrasarse el hombre de Valencia su lugar en el último tramo izquierdo de la cancha pasará a ser propiedad otra vez de Claudio López, tal como ocurrió en el arranque del partido con los nigerianos. En cuanto a la mitad de la cancha, la falta de competencia evidenciada por un Simeone que volvió de un parate de seis meses lo dejó en inferioridad de condiciones para pelearle el puesto a Almeyda, ahora que el de Azul alcanzó la plenitud física. En cuanto a Verón, los cuestionamientos que recibió tras su flojísima performance ante los ingleses, sumados a la gran tarea que le cupo a su reemplazante Aimar en el segundo tiempo, forzaron la cuarta variante que ensayará el técnico argentino. Un Bielsa que demuestra no estar casado con nadie y que no le tiembla el pulso a la hora de meter el cuchillo a fondo. Claro que esto va a tener sus costos, más allá de que Argentina alcance la clasificación: resentirá el clima interno en el plantel, porque los desplazados son precisamente los referentes del equipo. Dada la simultaneidad de los partidos, no habrá lugar para las especulaciones. Para Argentina será a todo o nada. Hoy a las 2 el grupo emprendió el viaje hacia Miyagi. En su seno, nadie quiere que sea el último. (Télam)
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