Lo que ocurre en el país permite pensar en una refundación de la República, que tarde o temprano va a llegar. Ese camino llevará a repensar las bases del federalismo que borre el actual tan distorsionado, en el que la Nación absorbe rentas, firma pactos que luego incumple y las provincias sufren limitaciones para establecer su propia política fiscal. En Estados Unidos cada estado recauda los propios impuestos, no como entre nosotros donde, por ejemplo, el impuesto a las rentas es nacional desde la década del 30 en que se lo fijó “en forma excepcional y transitoria”. ¡Llevamos 70 años de transitoriedad! La distorsión en la Argentina es tan grande que lo que era transitorio se torna permanente. Pero más allá de eso, hay que descartar la posibilidad de cualquier especie de secesión, porque en la organización federal plasmada en 1853 las provincias dejaron de lado su soberanía originaria para aceptar constituir el Estado federal. Y Santa Fe fue la que más batalló.
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