Año CXXXV
 Nº 49.490
Rosario,
domingo  26 de
mayo de 2002
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Marcelo Trivisono: "No hay forma de aburrirse"
(Ex jugador de Rosario Central y DT de Tiro Federal)

En el 92 me ofrecieron la oportunidad de continuar mi carrera como jugador de fútbol en el exterior. Pensé que se trataría de un club de México, pero me sorprendí cuando me nombraron la posibilidad de ir a jugar a Japón. Me sentí perdido, no sabía hacia dónde iba, pero lo consulté con mi novia María Eugenia, actualmente mi esposa, y decidimos irnos.
Estuvimos dos años viviendo en ese país asiático. En el futuro me encantaría volver a trabajar allí por la seguridad, el respeto que se le tiene al prójimo, la educación y lo bien que nos han tratado.
Ahora que se aproxima el Mundial de Fútbol, cada nota que aparece en la televisión sobre Japón me despierta un sinnúmero de recuerdos, y hasta a veces mi esposa llora de la emoción.
Tokio es una ciudad sorprendente. Hay televisores en la calle empotrados en las columnas, edificios impactantes y cada vez que uno entra a una casa debe sacarse los zapatos y ponerse una pantufla o bien ingresar descalzo. Además es increíble la cantidad de gente que hay en cada esquina para cruzar la calle. Las señales de tránsito se respetan muchísimo porque pasar un semáforo en rojo puede significar arrollar a cien personas.
Nosotros nos movíamos casi siempre en tren. En cada estación de ferrocarril hay un shopping, donde se suceden enormes tiendas y no hay manera de aburrirse. Miles de personas se mueven constantemente en estos espacios, algo muy lejano para nosotros.
Emoción en Hiroshima
Uno de los sitios más emocionantes que conocí fue Hiroshima. Allí hay un equipo de fútbol y fuimos a jugar varias veces. Resulta impactante recorrer el Parque de la Paz, donde no se escucha un ruido, la calma es total.
Después se puede visitar el museo que representa el momento en que cayó la bomba, mediante muñecos y fotografías. Realmente uno siente que estuvo en la guerra.
El crecimiento de Hiroshima en las últimas décadas es impresionante. No había quedado nada en pie y en la actualidad los rascacielos son similares a los de Nueva York.
De Japón también rescato el respeto que se les tiene a las personas mayores. Creo que esto explica por qué siempre salen adelante. Allí la gente vive mucho y los más jóvenes se encargan de escucharlos y seguir sus consejos.
En numerosas oportunidades invitamos a japoneses amigos a comer ñoquis y a tomar mate a casa. Pero después ellos nos congraciaban con sus manjares. Recuerdo que una vez fuimos con mi esposa a comer a un restaurante en el que había una gran pecera. Nosotros no entendíamos lo que nos decían los mozos. Cuando nos sentamos a la mesa nos trajeron un pescado vivo, abierto, atravesado por un palo, combinado con diversas salsas. Es un menú carísimo pero nos impresionó a tal punto que tuve que comer solo, porque a mi señora se le cerró totalmente el estómago.

Lucha de titanes
El deporte preferido del Japón es el sumo. Durante las competencias se para el país. Son quince días de lucha que todos siguen a través de la televisión. Con mi esposa nos enganchamos y hasta teníamos nuestros luchadores favoritos.
El fútbol me dio la oportunidad de conocer a un pueblo maravilloso, al que le tengo un enorme respeto. Cada vez que me cruzo con algún japonés que habita en la zona le pregunto sobre su país y les agradezco por la manera que me trataron en mi paso por esas tierras lejanas.


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