Belén. - La basílica de la Natividad de Belén es el santuario venerado por los cristianos desde los primeros siglos de nuestra era, que se convirtió en centro del incipiente turismo de los territorios autónomos palestinos en virtud de los acuerdos de Oslo de 1993. Construida sobre la gruta donde la tradición dice que nació Jesús, la basílica vivió su máximo momento de esplendor entre la Navidad de 1999 y la posterior visita del Papa Juan Pablo II en la primavera de 2000. Belén, que estaba bajo control total de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), fue eje del flujo de turistas y peregrinos -lo que redituaba en ingresos económicos para la ANP- hasta que el estallido de la actual Intifada, el 28 de septiembre de 2000, interrumpió abruptamente el proyecto. El templo conserva la esencia del construido por el emperador Justiniano (527-565) en el lugar donde se alzaba la basílica de Constantino, del siglo IV, que resultó muy dañada durante la revuelta de los samaritanos en el año 529. La fachada principal es una muralla en la que se destaca una diminuta puerta de acceso de 1,2 metro de altura, que obliga a los visitantes a agacharse en señal de sumisión y que en la antigüedad evitaba que las personas a caballo pudieran penetrar en un ataque al templo. Sin embargo, el lugar donde los cristianos veneran el nacimiento de Jesús está hoy asediado por tanques y blindados del ejército israelí que provocó desesperados pedidos de preservación del templo de parte del Vaticano. Desde las Cruzadas, partes de la iglesia pasaron a ser propiedad de las comunidades ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católica romana. La basílica es una gruta de forma rectangular de 12,50 metros de largo por 3,50 de ancho y otros 3 de altura. La gruta está ennegrecida por el humo de las lámparas que los barbados monjes greco-ortodoxos mantienen siempre encendidas. El cuerpo principal de la basílica, incluida la nave, los pasillos, el katholicon (el coro y el santuario), el crucero sur y el Altar de la Natividad pertenecen a la Iglesia ortodoxa griega. La Iglesia Católica romana tiene la propiedad exclusiva del Altar de la Adoración de los Reyes Magos en el área de la Gruta de la Natividad, conocida como "la Gruta del Pesebre". (Télam)
| |