Todo se construye desde el convencimiento. De saber lo que se quiere y de conocer las armas con que se cuenta para lograr el objetivo. Y este Newell's del Negro Zamora parece tener muy claro sus virtudes y también sus limitaciones. Desde esos aspectos logró edificar un triunfo importantísimo desde lo numérico pero sobre todo desde lo anímico ante Racing, el último campeón del fútbol argentino. Para que sus hinchas comiencen a ilusionarse con transitar un camino distinto al de mitad de tabla que frecuentó en los últimos torneos. Así lo entendió la gente que vibró como loco con los goles de Sacripanti y se fue del Coloso festejando una victoria en la que el equipo mostró mucho carácter y en el que se supo acomodar a las circunstancias: luchó cuando el partido lo exigía y jugó en los minutos finales, cuando la Academia empezó a dejar espacios en defensa que los rojinegros supieron capitalizar.
El arranque no escapó a las previsiones: mucha pelea, presión en el medio para recuperar, pero pocas ideas a la hora de crear juego asociado. Una postura que ni siquiera logró modificar el golazo que Leo Ponzio clavó desde 35 metros, porque los rojinegros no lograron hacer pesar esa diferencia y porque Racing se aferró a su ya costumbrista y utilitario fútbol de fuerza -a veces desmedida- que fue llevando a los locales contra el arco de Luque.
Esa búsqueda desordenada y frenética de Racing -pareció que Dueña metió la mano en un córner, pero el juez hizo caso omiso- tuvo su premio cuando Diego Milito (en el Apertura le había hecho los dos goles) aprovechó una distracción defensiva para marcar el empate de cabeza. Y casi saca ventaja en el final de esa etapa, cuando Luque desvió de manera notable un cabezazo de Ubeda, que pedía red.
El ingreso de Sacripanti -en lugar de Saldaña- le otorgó algo más de agresividad al ataque rojinegro, aunque enseguida cayó en la entramada telaraña que le planteó Racing para llevar el juego al terreno del vértigo y la fricción, por momentos logró maniatar a Maxi y a Martínez y manejaba la pelota y el partido, aunque sin profundidad. Todo era muy previsible y monótono. Hasta que el Pájaro Domizi rompió el molde a los 25'. Recuperó una pelota en el medio y fue a buscar la devolución al área, Ubeda se le anticipó pero se la sirvió a Sacripanti para que venciera a Campagnuolo. Ahí la Academia pareció aflojarse y Newell's, por el contrario, se soltó más, encontró los espacios y mostró el poco fútbol que se vio ayer en el Coloso. La pelota pasó más por los pies de Maxi Rodríguez -en el complemento jugó más suelto- y Elvio Martínez, Vella sorprendió un par de veces en el ataque, Sacripanti le ganaba a su marcador y el debutante Bravo se mostró movedizo. Y por ese camino llegó al tercero, tras una buena jugada que inició Martínez, que continuó la Fiera y que Sacripanti transformó en gol para delirio de los hinchas leprosos.
Newell's acentuó su recuperación. Ante Racing era una buena prueba de carácter para saber dónde estaba parado y, aunque no le sobró nada, salió fortalecido. Fue inteligente para adecuarse al trámite, peleó cuando hizo falta y jugó cuando tuvo la ocasión. En sólo cuatro días dejó en el camino a Independiente y la Academia, dos pesos pesados, y alargó la serie exitosa en la era de Zamora como para que el pueblo leproso se ilusione con algo más que pelear en la mitad de la tabla.
Síntesis
Newell's 3: Luque 5; Vella 6, Grabinski 5, F. Crosa 6 y Dueña 5; Maxi Rodríguez 6, Ponzio 6, Domizi 4 (81' Vojvoda)-, Saldaña 5 (46' Sacripanti)7 y E. Martínez 5; Rosales 5 (69' Bravo)5. Sup: Palos y Sánchez. DT: Julio Zamora.
Racing 1: Campagnuolo 5; Vitali 6, Maciel 5, Ubeda 5 y Bedoya 5; Gvo. B. Schelotto 5 (80' Viveros)-, Bastía 6, Arano 4 (85' L. Torres)- y Chatruc 4; Maceratesi 5 (65' M. García) 4 y D. Milito 6. Sup: Pezzutti y Arce. DT: Reinaldo Merlo.
Estadio: Coloso.
Arbitro: Héctor Baldassi 5.
Goles: 13' Ponzio (N), 31' Milito (R); 70' y 84' Sacripanti (N).
Amonestados: E. Martínez, Ponzio, Vella y Sacripanti (N); Bedoya, Gvo. B. Schelotto, Bastía y Maciel (R).
La Ciudad
