Montaner consideró que las advertencias de los pacientes infectados puede servir de formidable tarea de prevención para evitar nuevos contagios, habida cuenta que los integrantes de los llamados "grupos de riesgo" han comenzado a descreer de los efectos del sida luego de los tratamientos que se están llevando adelante. "El mensaje que yo puedo transmitir a la gente es distinto del de una persona infectada, que puede sostener que esto es mucho más serio de lo que se piensa. En el mensaje diario, de uno a uno, es totalmente distinto de que cuando me pongo en el podio y hablo. Se lo toman como, bueno, los médicos son así de conservadores. Pero lo que tiene que surgir es un mensaje mucho más fuerte que el optimismo asociado a lo que hemos logrado con el tratamiento. Algunos lo han mal interpretado, como que si fuera cura. El único que puede decir que esto no tiene cura, y se lo crea sin resistencias o atenuantes. Porque habrá fármacos muy buenos, pero la vida sin tener que depender de ellos es mucho mejor". Acerca del desarrollo de una vacuna, precisó que desde el punto de vista de desarrollo, hoy por hoy "continúa siendo una utopía. Y hablar de una vacuna que sea parcialmente protectora, en realidad, desde el punto de vista de salud pública, es muy bueno, pero es muy peligroso. Porque voy a vacunar a una cantidad de gente y si vos creéis que bajo la guardia en el momento actual, cuando yo tenga una vacuna que sea el 40 por ciento protectora, va a generar todavía más problemas. Pero si la gente, por tener una vacuna aumenta el doble sus prácticas de riesgo, resulta que el efecto de la vacuna no solo está contrastado, sino que es mucho más peligroso".
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