Gustavo Conti / La Capital
Una hora y media de reunión en la sede de la calle Mitre, desenlace previsible. "Acá no pasó nada" fue la postura que tomaron todos, dejando las explicaciones concretas para otra ocasión pero evaporando las dudas sobre la continuidad de Daniel Teglia al frente del equipo. De la misma forma que levantaron polvareda en silencio, pasaron la escoba. De ahora en más habrá que ver si escondieron la basura debajo de la alfombra o la tiraron al tacho. El cónclave entre directivos y plantel ofreció un broche de guiño cómplice pero sin explicaciones públicas convincentes sobre las causas de tanto revuelo. Tanto, que la sensación que flotó nítida en el ambiente fue en definitiva, ¿para qué tanto escándalo? La única novedad real que dejó la reunión fue que en los próximos pagos el plantel canalla empezará a cobrar parte de sus sueldos (diciembre y medio aguinaldo) en Lecop. Lo demás, las respuestas a las causas del abrupto final de la pretemporada en Tandil que el periodismo fue a buscar, resultó una espera en vano. Como faltaron las explicaciones oficiales, hubo que recurrir a las versiones para armar el rompecabezas de la historia. Y por más que a algunos les moleste, si no hay datos concretos hay que recurrir a ellas, como a la observación. Y las mismas hablaron de una decisión no consensuada entre todos los jugadores, de la calentura de varios dirigentes que al final optaron por conciliar por no abrir aún más las heridas (y porque en definitiva tampoco cumplieron totalmente lo prometido), y de un tercero en discordia que no quedó bien parado: Daniel Teglia. El hecho de que todos remarcaran con sumo énfasis que al técnico lo apoyan a muerte, habla a las claras de esa debilidad. ¿Hubo maltrato de algún empleado administrativo hacia familiares de jugadores? Nadie lo dijo. ¿Los dirigentes incumplieron otra vez una promesa de pago? Ellos dicen que no, los jugadores nada, por lo que si callan otorgan. ¿Para qué estuvo en la reunión Gerardo González, representante en Rosario de Futbolistas Argentinos Agremiados? Tampoco quedó claro, aunque el plantel lo habría llamado para que a los directivos no se les ocurra sancionarlos. En definitiva, ¿por qué volvieron de Tandil, dejando al descubierto con la notoria ausencia de Laureano Tombolini en las conversaciones que la fortaleza grupal no parece ser tal? Si algunos reconocieron que hubo apresuramiento, nadie hizo un mea culpa público, y lo que quedó muy claro es que nuevamente Central quedó expuesto ante la opinión de sus hinchas y detractores como un club y un equipo con precarias proyecciones de futuro, que ni siquiera el acuerdo de ayer pudo disimular. Y que a nadie le es indiferente. Una muestra de ellos fueron algunos panfletos intimidatorios para el plantel que aparecieron por la ciudad deportiva (adonde hicieron doble turno) y en el que se le exigía a los jugadores que "se pongan las pilas" porque está en juego Central., La reunión pareció una muestra gatopardista, donde todo cambia para que nada cambie. Serán los mismos protagonistas lo responsables de revertir esa imagen. Se sabe, para eso se necesitan hechos y no palabras, pero algunas de ellas no hubieran estado de más para convencer a todos de que, ahora sí, dirigentes y plantel transitarán un nuevo camino para bien de Central. Eso sí, con Teglia como técnico.
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