El vestuario de Córdoba era lo más parecido a un polvorín. Si bien las voces eran coincidentes en que el equipo debió ganar el partido, el único que trató de ponerle una pizca de claridad a tanta confusión fue Ricardo Palma. En el día en que el Gordo tuvo que tomar la sorpresiva determinación de cambiar al juvenil arquero Jeremías Gallego cuando promediaba el segundo tiempo por su mala actuación, el técnico sustentó esa decisión en el nerviosismo que mostraba el hijo del Tolo.
"Desgraciadamente esta vez le tocó pagar los platos rotos del momento que vive el club a Gallego. En esta picadora de carne que es Central Córdoba esta vez le tocó salir al pibe (por el arquero)", resumió Palma, intentando minimizar el reemplazo del hijo del Tolo.
Sobre las causas que motivaron su sustitución, el DT charrúa expresó: "Después del primer gol de ellos lo vi tan nervioso que ante cada pelota dudaba. Por eso decidí cambiarlo, traté de protegerlo".
"Cuando la gente me pedía el cambio después del primer gol aposté a dejarlo en la cancha para ver si podía recuperarse, pero siguió dudando. Es lógico que el chico no se sienta bien con la decisión que tomé, pero el que lo tiene que proteger soy yo", agregó.
Y finalizó: "Creo que la gente no me puede decir nada porque Gallego tuvo 12 partidos para demostrar que está en condiciones de atajar en la primera de Central Córdoba, ahora seguramente le va a tocar el turno a el chico Salomón, que viene de las inferiores y trataré de bancarlo como lo hice con Gallego".
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La Ciudad
