Hace 32 años la agencia de loterías Casa Ricardo abrió sus puertas en Santa Fe 1144 y Laura Fusiano, que hace tiempo está detrás del mostrador, asegura: "Esta es la peor crisis que transitamos en todos los años que llevamos acá, y mirá que hubo tiempos duros". Así, parece que la vieja frase que dice que "cuando más miseria hay más juega la gente" perdió actualidad. "Hay movimiento, pero lo único que se venden son tarjetas de colectivo, fotocopias, golosinas y tarjetas de teléfono", cuenta la mujer, antes de decir: "En sólo tres días se puede decir que las ventas de lotería bajaron un 70 por ciento". Pero la mayor preocupación de esta mujer es sobre cómo se van a pagar los premios porque "de la Lotería de Santa Fe nadie comunicó nada". Y no deja de plantear sus quejas ante el impacto inmediato que las medidas tuvieron en el negocio: "Nadie va a jugar porque si gana y cobra un cheque, no va a poder sacar la plata del banco. Y en efectivo vamos a poder pagar entre 200 y 400 pesos, pero si no entra dinero tampoco va a haber para pagar los aciertos". La instalación del Posnet para cobrar con tarjeta de débito también le genera dudas. No sólo por el costo del aparato, sino por lo que Laura llamó "la intimidad de los jugadores". Claro, parece que los agencieros saben guardar secretos. "Al negocio viene gente que no quiere que nadie sepa que juega. «No le vas a contar a mi mujer», me dicen los hombres. Entonces, yo no puedo cobrarle con una tarjeta que cuando llegue el resumen a la casa diga «Agencia de loterías» porque no les va a gustar", asegura la mujer, antes de recordar -como buena conocedora del negocio-: "Esto fue así siempre y esos son los jugadores que más plata dejan".
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