Unión y Newell's tejieron un partido para el olvido

Luis Castro

Aquel que se maneja con el término "merecimiento" dirá que Newell's debió quedarse con la victoria. También afirmará que "mereció" anotar algún gol. Pero está claro que en el fútbol los triunfos o los goles no se "merecen", se concretan. Y ayer los del Parque fallaron en eso. Esta vez estuvo ausente toda la eficacia demostrada siete días atrás ante Huracán. Por eso el pálido (por no decir patético) empate en cero fue un fiel reflejo de lo que se vivió en el 15 de Abril.
Las condiciones estaban dadas para que Newell's siguiera sumando de a tres. Unión venía perseguido por la sombra del descenso y necesitaba puntos. Y con todas sus limitaciones salió a pelear un encuentro que se le presentaba complicado. Pero no lo logró porque Newell's rápidamente manejó los hilos a través de Saldaña. Por sus pies pasaba la pelota y se generaba el peligro.
Recién se estaban acomodando en la cancha cuando la Fiera culminó una jugada de Larry sacando un violento remate que puso a prueba a Fernández. Y todo aparecía sencillo para los del Parque, porque su rival era inseguro y veía pasar el balón. La defensa se mostraba sólida y los delanteros locales no gravitaban. La zona media estaba tomada por el despliegue de Ponzio (uno de los destacados) y a que Saldaña ideaba las jugadas. Pero faltaba el final.
Unión parecía para el cachetazo y sólo se limitaba a evitar que el rival llegara al gol. Ni por asomo estaba en su pensamiento llevar peligro al arco de Luque. Pero a pesar de las ventajas, Newell's no podía marcar la diferencia. Larry Saldaña, Pavlovich y Rodríguez (ayer tuvo uno de sus peores partidos) no pudieron en las ocasiones que tuvieron. Y lentamente Unión llevó algo de equilibrio cuando San Martín comenzó a recuperar e Israelevich intentaba transformarse en conductor.
Con todas sus limitaciones, el local trató de cambiar el destino de un partido que hasta ese entonces era leproso. Y la mejor chance se le presentó en la segunda mitad cuando Ruiz sacó un perfecto centro para que Zapata hiciera un papelón, la tirara a cualquier parte y despertara la ira de los hinchas.
Newell's fue decayendo. Larry sintió el calor y ya no fue el mismo. Y Unión se animó más. Israelevich puso a prueba a Luque con un zapatazo de lejos, que controló muy bien el cañadense.
Los dos sólo amagaban, los minutos pasaban, Unión hacía tiempo y los hinchas se tomaban de los pelos. "Vayan para adelante, carajo", vociferaban. Pero no había caso. Los jugadores caminaban la cancha. Y el Chocho desesperaba y mandaba a sus muchachos adelante. Todo era en vano. A esa altura el empate era bienvenido para ambos.
Newell's fue levemente superior. Pero falló en la definición. Estaba claro que el que hacía el gol ganaba, pero no fue posible. Y el cero a cero dejó en claro algo: nadie recordará este partido.

Leandro Grech se proyectó por el sector izquierdo.