Año CXXXV
 Nº 49.310
Rosario,
sábado  24 de
noviembre de 2001
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El fusarium no da tregua

El comienzo de la cosecha de trigo en diversos campos de la zona centro-pampeana no está alcanzando los rendimientos esperados por aquellos productores que trataron de innovar con utilización de nuevas tecnologías y diversos cultivares. La incidencia de la enfermedad en espiga (fusarium), y las características de una campaña con índices de alta nubosidad son los principales responsables de esta nueva crisis que se suma a los resultados del cultivo.
Así lo explicaron técnicos del Inta Oliveros y la agencia Inta Casilda, durante una visita a los ensayos comparativos de rendimientos de cultivares de ciclo largo y corto, sobre las 27 variedades que dan marco a las demostraciones a campo de la quinta edición de ExpoCasilda.
"Ha sido un año donde se han logrado espigas un poco más chicas, con menor cantidad de espiguillas por espigas, que van a expresar una merma en los rendimientos de la zona", explicó Julio Castellarín, de la sección manejo de cultivos del Inta Oliveros.
Un panorama que se ve en los primeros lotes cosechados donde los rindes no superan los 15, 20 y 22 quintales en departamentos como Iriondo, Belgrano y Caseros, ubicados al sur de la provincia de Santa Fe.
Sin estimaciones, pero con pocas esperanzas, los técnicos comentaron que en la mayoría de lotes se dieron problemas de enfermedades de hoja, y particularmente en la manifestación de hongos como el fusarium todo depende del estado del cultivo en el momento que se produjo el temporal de lluvias del mes de Octubre que coincidió en gran manera con la espigazón.
"A simple vista la incidencia es muy alta", comentó un especialista haciendo ver que muchos lotes tenían perspectivas de alcanzar los 3.600 kilos por hectárea, y hoy están por los 10 ó 15 quintales para abajo, con un panorama de mayores pérdidas.
En términos económicos lo más peligroso pasa porque el productor va a tener menos cereal para entregar, sumado a una profundización de crisis del sector, que en caso del trigo a parte de pasar por los rindes, alcanza a la calidad del cereal que ya está requiriendo una revisión sobre como establecer nuevos estándares para su comercialización.
A pesar del problema, todavía es prematuro hablar de un trigo forrajero. Tampoco se piensa que las condiciones den para llegar a esa instancia, aunque muchos recuerden que tres campañas atrás las condiciones hicieron que se adoptara esta medida fuera de estándar, cuando se dio un alto porcentaje de trigo brotado en la zona Sur-Oeste de Buenos Aires.
Lo lamentable es que a pesar de los buenos cultivares de trigo que hay en Argentina, destacados por su potencialidad, el rendimiento se ha visto muy determinado por la condición climática de cada zona, donde la limitación ecológica está fuertemente asociada con las diferencias anuales registradas por la reiterada inestabilidad climática.

Ojos que no ven
Hace más de 20 años, el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, dio a conocer un estudio que pronosticaba una prolongada estación húmeda para nuestra pampa. En ella se hablaba de grandes temporadas con lluvias y las posibles consecuencias para el desarrollo de algunos cultivos. La información fue apoyada por el conocimiento de la licenciada Estela Carballo quién tomo esos datos y los investigó dándole un marco de referencia.
Aunque pocos lo notaron, el tema ya forma parte de las charlas entre productores y técnicos cuando salen caminar un lote. Una nueva tormenta, que por poco que parezca ya lleva mucho tiempo.


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