El "Unplugged" de Alejandro Sanz resulta desparejo. Algunos temas no parecen contar con nuevos arreglos para el acústico, y así terminan sonando casi desnudos, a pesar de la gran banda de soporte. Ese es el caso de canciones como "Cuando nadie me ve" o "Amiga mía", que son salvadas por la voz de Sanz. Las versiones de "Quisiera ser" y "Corazón partío" son previsibles. En contrapunto brillan "Lo que fui es lo que soy", con aires bluseros y coros gospel, y la tierna "Toca para mí", el único track del compacto que no habla sólo de asuntos amorosos. El tema nuevo, "Y sólo se me ocurre amarte" es superfluo y mediocre, y en la bulería "Todo es de color" la voz de Sanz suena forzada. El meloso "Cómo te echo de menos" también sobra, y uno se pregunta por qué Sanz no incluyó la versión en piano de "¿Lo ves?", que un día, casualmente, tocó en los mismos estudios de MTV.
| |