Moscú e Islamabad. - EEUU, Rusia y las Naciones Unidas se reunirán en Kabul para diseñar un futuro gobierno en Afganistán, acordaron el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de EEUU, George W. Bush, durante la cumbre de ambos líderes en EEUU, informó ayer en Moscú el ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov. Un grupo de representantes del gobierno ruso partió hacia Tayikistán, para acceder desde allí a Kabul e iniciar los contactos con el gobierno del ex presidente afgano, Burhanuddin Rabbani, quien ya ha regresado a su país. El nuevo gobierno de Afganistán debería "abarcar a todos los grupos étnicos afganos y en primera línea a la etnia pashtún", señaló Ivanov, según la agencia de noticias rusa Itar-Tass.
Por otra parte, un portavoz del ministerio del Exterior de Pakistán manifestó en Islambad el temor de que en Afganistán vuelva a resurgir una guerra civil si las Naciones Unidas (ONU) no consiguen aunar bajo su auspicio un gobierno amplio, que incluya a los diversos grupos afganos. Un representante del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (Acnur) expresó en Islamabad su temor de que los talibán se mezclen entre la población civil a la búsqueda de refugio en Pakistán. Este funcionario de la ONU exigió a las autoridades paquistaníes que se aseguren de que en los campos de refugiados sólo se acoge a refugiados civiles.
Funcionarios de la ONU acusaron a la Alianza del Norte -que recluta en las etnias uzbeca, tayika y hazara, pero no en la pashtún, la más numerosa- de constituir el principal obstáculo para convocar a todas las etnias afganas con el fin de decidir un futuro gobierno interino en Afganistán. El gobierno y los jefes militares de Pakistán -donde también prevalecen los pashtunes- rechazan la idea de un gobierno afgano bajo control de la Alianza del Norte, a la que siempre consideraron enemiga y contra la cual durante años respaldaron a los talibanes y a Bin Laden. A esta situación se suma el cuestionamiento que hizo la Alianza de la presencia de comandos británicos en la capital afgana, sin su consentimiento, a pesar de la aparente autorización de la ONU.
La ONU presionada
Las Naciones Unidas, presionadas por el rápido desarrollo de los hechos en Afganistán, imprimieron a sus gestiones en el Palacio de Cristal en Nueva York un ritmo inusual. El Consejo de Seguridad aprobó esta semana en sólo 24 horas una resolución que adopta el plan de cinco puntos para la formación de un nuevo gobierno afgano elaborado por el ex canciller argelino Lakdar Brahimi, considerado uno de las cabezas más lúcidas de la ONU. El plan de ayuda para uno de los pueblos más pobres del planeta gira sobre tres ejes: político, humanitario y humanitario.
Apenas 36 horas después, el viernes, se reunió el diplomático argelino en Nueva York con el G-21, el grupo de los 21 países "amigos" de Afganistán, entre los que se cuentan las potencias EEUU, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, así como los Estados vecinos de los afganos y Alemania y Japón. Entre todos buscan generar ideas para poder implementar con éxito el plan de cinco puntos.
Una de ellas consiste en organizar una primera conferencia de partidos, etnias y facciones afganas en Bonn, Viena, Ginebra o alguna ciudad del golfo Pérsico, para encarrilar sobre bases sólidas el futuro de Afganistán después de dos décadas de guerras internas y externas. Fuentes diplomáticas acreditadas en la ONU advierten sin embargo que esta conferencia debería iniciarse en un plazo máximo de dos semanas para poder aspirar a un resultado útil. Caso contrario se registraría ya un fortalecimiento tal de la Alianza del Norte en las posiciones de poder tomadas en Kabul y las principales ciudades conquistadas a los talibán, que se podría dar por terminado el proceso de pacificación antes casi de que hubiese comenzado.
El gobierno alemán, que integra también el G-21, invitó además al "Afghanistan Support Group" (ASG), que aglutina a los principales países dadores de ayuda humanitaria para Afganistán, a reunirse en Berlín el 5 y 6 de diciembre. El embajador alemán ante la ONU, Dieter Kastrup, expresó ante el Consejo de Seguridad la disposición de su gobierno a ser flexible con la fecha, ante la urgencia de los tiempos políticos: en caso de que fuera necesario, también se podría convocar más pronto al ASG.
Antes aún intentará la comunidad internacional poner en marcha la tercera pata de la asistencia para la reconstrucción de Afganistán. La semana próxima se reunirán en Washington representantes de diversos países, ante todo provenientes de naciones industrializadas, para deliberar sobre la reconstrucción económica del país devastado por soviéticos, los talibán y ahora también por las bombas estadounidenses y británicas. Sobre todo Japón parece dispuesto a tomar la posta en este aspecto bajo la consigna "We care" (Nos hacemos cargo). (DPA y Télam)