Por un lado la urgencia de Uruguay, que llegará al clásico rioplatense de hoy, a las 20.40 en el mítico Centenario, con tres alternativas, clasificarse directamente para Japón y Corea 2002, pasar al repechaje frente a los australianos o quedar una vez más al margen de una Copa del Mundo.
El público uruguayo no parece tenerle demasiada confianza a sus jugadores, pero cree que al menos tendrán que definir la situación con los australianos, el 20 como visitantes y el 25 como anfitriones.
Juez y parte será el seleccionado argentino, incuestionable ganador del grupo sudamericano, que hace casi dieciséis meses que no pierde (cayó ante Brasil 3-1 en San Pablo, pero se tomó el correspondiente desquite) y está considerado como uno de los más poderosos del mundo.
A pesar de estar clasificado con cuatro fechas de antelación, el seleccionador Marcelo Bielsa recurrirá a la mejor formación disponible, con la doble finalidad de ajustar detalles en el plantel que irá a Asia el año próximo en procura del tricampeonato entre los mayores y evitarle perjuicios a los otros participantes de estas eliminatorias que todavía luchan con Uruguay, el tetracampeón Brasil y la Colombia de los Córdoba, Oscar e Iván.
Tanto en juego será arbitrado por el alemán Markus Merk.
En el campamento de Ezeiza se resaltó que el seleccionado argentino siempre tiene la necesidad y la ambición de ganar, que de ninguna manera se permitirán relajarse e inclusive se recordó que se trata de un clásico, por lo que la motivación es óptima.
Los uruguayos son conscientes de que se hallan en una posición difícil porque llegan a la fecha decisiva un punto por debajo de Brasil, de momento, el último representante sudamericano que se está metiendo en el mundial sin necesidad de llevarse la materia a fines de noviembre ante los duros australianos.
Para agravar el panorama de los uruguayos, Brasil se apresta a jugarse entero, pero en su propia casa y ante los venezolanos, quienes a pesar de su rendimiento alcista en los compromisos recientes, en la oportunidad parecen menos rivales que los propios brasileños.
Por eso los uruguayos están pendientes de lo que ocurra en el Centenario, de lo que pase con Brasil y de cómo le vaya a Colombia en su dificultosa visita a Paraguay.
Al menos en principio, Uruguay se preparó para salir a buscar el triunfo con un esquema arriesgado, compuesto por tres defensores, dos laterales volantes, doble pivote central, un enganche y dos delanteros.
Pero, es ante esta complejidad que los celestes de ninguna manera desprecian un empate ante los argentinos.
Pero los argentinos además del prestigio, el honor y la rivalidad van por más victorias porque ya están ante los últimos exámenes previos a la cita en Japón y Corea, por lo que cada jugador busca afirmar su posición y el equipo todo procura la evolución que le permita aspirar al título que posee Francia.
De la alineación base a Bielsa le faltarán en la ocasión Nelson Vivas, Diego Simeone, Gabriel Batistuta (lesionados), Hernán Crespo (no estaba en su mejor condición física cuando salió la lista de convocados y el entrenador prefiere dejar para más adelante la elección del artillero titular) y Cristián González (suspendido), pero igual el equipo es fuerte y merecedor del máximo respeto.
Porque también está lesionado el armador Marcelo Gallardo, al conductor rosarino le hubiera gustado contar con la alternativa del exquisito Juan Román Riquelme, pero en Boca Juniors optaron por reservar a su gran estrella para la final intercontinental del 27 del corriente, ante el Bayern Munich, en Tokio.
Si bien falta la confirmación oficial, Bielsa tiene previsto hacer un experimento que le puede llegar a servir como variante en el mundial, la de ubicar al jugador del Valencia Pablo Aimar directamente como delantero.
Más allá de los nombres, seguramente habrá mucha presión y pocos espacios, en el campo de juego y en las tribunas.
Uruguay-Argentina, un clásico en infrarrojo. (DyN)
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La Ciudad
