Año CXXXIV
 Nº 49.283
Rosario,
domingo  28 de
octubre de 2001
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Cruceros, olas de placer
Parejas, solteros, familias y grupos de amigos se embarcan para descubrir la emoción de navegar

Nene Peñaranda

La navegación es una actividad que estuvo ligada a los hombres desde tiempos remotos. Las diferentes culturas que poblaron el planeta construyeron variados tipos de embarcaciones con los materiales que tenían a mano. El 70% de agua que tiene la tierra es un polo de atracción y quienes habitaron este mundo se inclinaron por hacer exploraciones por vía marítima para descubrir qué habría más allá de los límites de sus territorios.
Durante el primer milenio antes de Cristo, los fenicios realizaron exploraciones marítimas con fines comerciales o colonizadores y parece ser que estos navegantes fueron los primeros que se sirvieron de la Estrella Polar en sus viajes. Se dice también que fueron los que conocieron por primera vez lugares que estaban fuera del límite del mar Mediterráneo, que era hasta entonces el mundo conocido.

Romance a bordo
No existieron naves que tuvieran un propósito recreativo o de placer. La excepción fue el viaje que realizaron Cleopatra y César por el río Nilo en una embarcación real escoltada por más de doscientas galeras. En ella se había construido una réplica del palacio real y se habían instalado jardines en su entorno. No faltaron grandes salones, el lujo oriental, espectáculos musicales y de danzas, esclavos que atendían todos los deseos del general romano y de la reina de Egipto.
Bien podría decirse que ellos realizaron un crucero de lujo donde disfrutaron de música y bailes en vivo, la exquisitez en la preparación de comidas, entretenimientos a toda hora, visitas a ciudades exóticas y hasta desarrollaron uno de los romances más famosos de la historia de la humanidad.
Pero este caso no se repitió durante siglos y sólo existieron algunas travesías con fines recreativos que eran privilegio de unos pocos. La idea de poner un fin turístico a la navegación surgió en 1840 cuando Samuel Cunard fundó en Gran Bretaña la Cunard Steamship Company.
Esta compañía ofrecía servicios regulares de transporte marítimo entre su país y Estados Unidos de Norteamérica y, aunque estaba claro que su negocio principal era la carga de mercancías, se trasladaban pasajeros a quienes se les ofrecía una excelencia en servicios y las mayores atenciones a bordo.
Otras empresas de navegación se sumaron a esta nueva forma de visitar países o de pasar vacaciones con los placeres que se encontraban en los días o meses que duraban los recorridos.

¿Qué es un crucero?
Un crucero es una verdadera isla de diversión; es un destino de viaje en si mismo, con especialistas en elegir los itinerarios, en establecer la extensión de los espacios internos, en lograr una organización ágil y funcional que permitan un viaje placentero y divertido.
Otros consideran que es un hotel-resort flotante, un "all inclusive" en medio del mar, similar a los que se ofrecen en programas de algunas playas del Caribe. Sea cual fuere el concepto de crucero, lo importante es que en él uno encuentra una suma de cosas placenteras como la navegación, la diversión a bordo, la práctica de deportes y la posibilidad de conocer varios lugares en un solo viaje.

Confort y placer
Los urbanistas modernos se fascinan por el diseño, sistematización y funcionamiento de los grandes buques de ultramar. Partiendo del concepto de Le Corbusier de "la ciudad como una máquina de habitar", los cruceros actuales serían una síntesis de la ciudad contemporánea en movimiento. Estos buques reúnen en un proyecto unitario las vías, funciones y espacios básicos del hombre para su trabajo, desplazamiento, alimentación, esparcimiento, ocio y descanso que se articulan con las infraestructuras para el confort y calidad de vida como el sistema de instalaciones sanitarias y energéticas o los sistemas de acondicionamiento de calor y frío. Esta ciudad en movimiento se materializa en espacios públicos y privados que jerarquizan la circulación en "pasajes y calles", con ámbitos para el uso colectivo y privado. La "ciudad-crucero" es en definitiva una construcción colectiva de servicios y usuarios acotada temporalmente, que permite una vida confortable y placentera en cada travesía.
Hay cruceros de todo tipo, caros y baratos, cortos y largos, en todos los mares del mundo, pero cualquiera de ellos gana adeptos día a día. Un viaje en crucero es un producto con un altísimo nivel de satisfacción que incluye todo en una tarifa. Hay pasajeros de todas las edades y con variados gustos e intereses. Parejas, solteros, familias, grupos de amigos se embarcan para encontrarse con las vacaciones más completas que pueden ofrecerse.
El turismo de cruceros encuentra cada año más aceptación en todo el mundo y, en nuestro país, los recorridos de 4 a 15 días desde Buenos Aires hacia Brasil o hacia el sur son los más atractivos para el gusto argentino. La preferencia de la mayoría se inclina hacia estos itinerarios que empiezan o culminan en el puerto de Buenos Aires.



Las embarcaciones son islas de diversión y tranquilidad.
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