| Descender en avión sobre Berlín fue durante muchos años una aventura. Se llegaba a una isla rodeada de territorio hostil, cerrado y desconocido. Pero siempre fue y será un espectáculo. Los magníficos bosques y lagos y los ríos Havel y Spree que fluyen en meandros y canales por la ciudad hacen de la aproximación a los aeropuertos berlinenses una experiencia única. Hoy, además, estos bellísimos alrededores de la ciudad, hasta 1989 prácticamente inalcanzables para el viajero occidental, invitan a e... |