Desde su creación, el 20 de agosto de este año, la Oficina Judicial de Causas con Imputados no Individualizados recibió nada menos que 2.800 partes preventivos remitidos por la policía. Estos partes no son más que reflejos de denuncias efectuadas por los vecinos en las comisarías de la Unidad Regional II y en general se refieren a robos y hurtos cuyos autores son desconocidos. Las autoridades del Poder Judicial estiman que la nueva oficina recibirá al menos 30.000 partes al año, y esto marca de manera contundente el alto índice delictivo de la ciudad.
El jefe de la nueva dependencia, el fiscal Andrés Bossio, y el secretario Juan Carlos Bortolotto, han remarcado que hasta ahora se advierte una gran cantidad de robos de celulares, arrebatos de carteras, bicicletas, motos y hasta algunos equinos. Pero a la hora de hilar fino, advierten también que todo sirve en el mercado de reducidores donde actúan los ladrones y han detectado hasta robos de cables de energía eléctrica en la vía pública y potenciadores utilizados para el tendido de las redes de la TV por cable.
La pregunta que se formulan los operadores judiciales es si la nueva oficina podrá tener éxito en el propósito de dar con los autores de esta gran cantidad de robos y en general las dudas son el contenido de las respuestas. Pero hay algo que no se puede ignorar: la oficina permite el monitoreo y el seguimiento de ciertos hechos delictivos que guardan cierta relación entre sí y que se producen en distintos tiempos y espacios y en consecuencia recaen en diversos juzgados. Es decir, la nueva dependencia advierte un mismo modus operandi en hechos que corresponden a distintos jueces y ponen sobreaviso a los juzgados de que tales hechos podrían ser cometidos por la misma persona. Como en ocasiones este individuo ha sido identificado por alguno de los jueces que investiga un hecho concreto, esto permite a otro comenzar a investigar su delito aún no esclarecido.
Un ejemplo claro es el narrado por los funcionarios: el juzgado de Instrucción Nº 11, a cargo de Carlos Alberto Triglia, logró capturar a los autores de robos de automóviles estacionados en la playa de estacionamiento de un conocido supermercado de Rosario. Desde la oficina se había advertido que el mismo modo de operar se utilizaba en otros lugares y se informó a los jueces de instrucción que tenían esas causas del éxito de la investigación realizada por el juez Triglia.
Bossio sostiene que "la experiencia hasta ahora es buena, porque estos casos no hubieran sido posible trabajarlos de otra manera. Anualmente había más de 30.000 mil casos que iban a parar a un cajón. Ahora, con este trabajo y la selección que se hace, se puede obtener algún resultado, sino en todos al menos en algunos".
Las denuncias sobre cheques
Las denuncias de cheques extraviados están a la orden del día. Si bien en muchos casos los extravíos son ciertos, los jueces y funcionarios judiciales sospechan desde hace tiempo que en muchos otros casos las denuncias de cheques perdidos no son más que una forma de evitar el pago. Pero con la creación de la nueva oficina esta maniobra será difícil de concretar. En efecto, antes una persona se presentaba en un juzgado y denunciaba el extravío de su chequera, a los quince días hacía lo mismo en otro juzgado. La incomunicación entre los dos tribunales hacía imposible establecer que se trataba de una suerte de estafa, un ardid para obstaculizar el pago del cheque emitido. Ahora la oficina puede determinar si la misma persona titular de la cuenta hace reiteradas denuncias de pérdida de valores.
"Hay gente que denuncia pérdida de cheques una vez por semana", dice Bossio. En los hechos, ya se han detectado a varias personas que en los últimos días denunciaron varias veces haber perdido cheques y corren el serio de riesgo de quedar imputados del delito de obstruir el pago de valores.