Para uno de los pioneros del concepto salud integral del adolescente, el médico mexicano Enrique Dulanto Gutiérrez, la prolongación de la adolescencia "es un lujo de las clases pudientes" y la conducta de los jóvenes "está dirigida hacia el consumo por los medios de comunicación". Como responsables del fenómeno, además de la manipulación mediática Dulanto Gutiérrez responsabiliza a los padres que "sienten culpa cada vez que ponen límites".
El especialista, reconocido internacionalmente por su labor en el Hospital Infantil de México y como consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), participó en Rosario del 4º Congreso Argentino de Salud Integral del Adolescente, invitado por la Sociedad de Pediatría.
Junto con la doctora Nidia Gómez Ferraroti, de Argentina, y Paula Peláez, de Chile, Dulanto Gutiérrez impulsó en el continente el concepto de salud integral del adolescente (eviatría) que establece diferencias entre la atención en pediatría y la dirigida a aquellos comprendidos entre los 10 y 22 años.
"Nidia, que trabajó en el Hospital Rawson de Buenos Aires, fue una mujer no comprendida en su época y desafió a prestigiosos profesores de pediatría", puntualizó Dulanto.
Consumo dirigido
"Los adolescentes de hoy tienen mucho en común porque el fenómeno es algo que se programó desde los medios de comunicación con el fin de dirigir la conducta de los jóvenes hacia el consumo", dijo a La Capital el especialista mexicano.
Abonando esta teoría sostiene que la adolescencia pasó de ser un acontecimiento privado familiar a convertirse en un movimiento sociocultural "de enorme impacto en el comercio y la producción de bienes".
Dulanto fue convocado por la OPS como asesor en la difusión de estos temas en la región dado que alrededor de los •60, los jóvenes del continente comenzaban a "dar problemas". "La convocatoria apuntaba a la atención de los jóvenes en el marco de una medicina social, que interpretara la problemática según las culturas a las que pertenecían", agregó.
El concepto de salud integral del adolescente supone una visión tanto de los aspectos emocionales como sociales e ideológicos. Al respecto sostiene que entre los 40 y los 50, "no existían los adolescentes propiamente dichos, sino que eran niños con permisos especiales; individuos controlados totalmente por la familia. A partir de los 60 esto cambió", dijo.
Para el especialista, la tipología en esta etapa de la vida tiene un sustrato social y económico común en la cultura hispanoamericana. "No existen diferencias entre jóvenes de las clases altas de Buenos Aires, Rosario, México o Chile; por el contrario, cada sector económico de la sociedad se parece. De igual modo, los jóvenes campesinos son seres solares, se levantan y acuestan con el sol, y los chicos de barrios obreros, aunque quieran estudiar, terminan trabajando para sostener a sus padres y hermanos".
Según Dulanto Gutiérrez, la relación entre condición social y juventud, define el fenómeno conocido como "prolongación de la adolescencia". "Los años invertidos en este período son un lujo, porque implican tomarse un tiempo para pensarse, descubrirse e inventarse, y eso, los pobres, no pueden hacerlo", subraya vehemente.
Según la Organización Mundial de la Salud, el período adolescente se extiende entre los 10 y 22 años. Esto, para el profesional, significa "acortar el período de la niñez".
"Madurar como niños es la única posibilidad de ser un adolescente funcional. Si los chicos desde los 11 años quieren estar en una discoteca y vestirse como adultos, queman etapas. La preadolescencia, entre los 10 y 14 años, es la avanzada para afrontar los cambios que se dan entre los 15 y 19 años", sostiene el especialista.
Entre los factores citados por Dulanto que favorecen la prolongación de este período más allá de los 22 años están la exigencia de cada vez mayor dominio técnico para participar en el mercado laboral y las escasas exigencias de algunos padres en relación a sus hijos. "Algunos progenitores perdieron su autoestima y por temor a que sus hijos los llamen dinosaurios, no les ponen límites", dijo.
Nuevas problemáticas
La problemática adolescente comenzó a cobrar mayor fuerza a partir de los 60. "En un principio la rebeldía tenía que ver con un nuevo sentido de entender la sociedad, era más filosófico, se trataba de abrir nuevos espacios para vivir. Ahora esto se ha modificado y en su lugar aparecieron los problemas de alcoholismo, drogas y violencia", dijo.
"Antiguamente los matrimonios duraban más, para bien o para mal, pero el proyecto de vida de una pareja era más estable. Hoy tenemos un montón de familias emergentes, y eso se vive con culpa", agregó.
Embarazo adolescente
"Una buena medicina del adolescente debe tener muy en cuenta la familia, revitalizando a los padres para devolverles el poder para que procedan según su conciencia, porque los hijos dependen de ellos, no del profesor, ni de la escuela, ni de la televisión", sostiene.
Para el especialista muchos embarazos adolescentes se dan por soledad. "Los chicos están solos en la escuela y en su casa, y piensan que teniendo un hijo, tendrán compañía y afecto, además de devolverles un motivo para vivir. Entonces, crean espacios de intimidad que luego no pueden manejar porque les resulta difícil regular los instintos".
Esto, para Dulanto, se puede revertir si los padres se deciden a tomar las riendas de la crianza del hijo y se comprometen con los valores tradicionales. "El mayor problema de los jóvenes chilenos, argentinos o bolivianos, es la falta de proyecto de vida. Los padres han abandonado muchas de sus responsabilidades en las escuelas, y estas no las han asumido", aseguró finalmente.