Todo indica que llegó el momento de replantear los ejes del Mercosur, de eso nadie tiene dudas. Donde surgen las diferentes posiciones, incluso dentro de cada país miembro del bloque, es en el punto donde hay que determinar cómo hacerlo. La situación es compleja, tanto, que hay quienes están poniendo en duda la continuidad de la integración regional entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay después de 10 años de relación.
La unión aduanera está en riesgo por la agudización de los problemas entre los principales socios, Argentina y Brasil. Sobre todo desde que este último recurrió a sucesivas devaluaciones de su moneda afectando la ya golpeada economía argentina y complicando el intercambio comercial con nefastas consecuencias para la industria nacional. De allí que se esté hablando de una alternativa impensada hasta no hace mucho: revisar el Arancel Externo Común, un mecanismo que "protege" a los socios del mercado regional al encarecer los productos extrazona. El principal inconveniente recaería sobre las exportaciones argentinas de trigo y lácteos que pueden ser excluidas del mercado brasileño porque Brasil podría importar estos productos desde terceros mercados, que tienen precios subsidiados.
Por estas horas, funcionarios, economistas y empresarios de ambas naciones debaten acaloradamente intentando encontrar respuestas a la crisis. En Argentina, hay quienes se muestran partidarios de una suspensión temporaria del bloque - como lo manifestó la Unión Industrial Argentina- hasta tanto se redefinan los términos del intercambio. Otros dicen que avanzar en ese sentido es suicida. Mientras tanto, los gobiernos esperan encontrarse cara a cara en unos días. Uruguay, que preside pro tempore el Mercosur, convocó el jueves de urgencia al Consejo del Mercado Común (CMC) -el organismo integrado por los cancilleres y ministros de Economía y que es la máxima instancia de decisión del bloque- para que se defina si "Mercosur sí o Mercosur no".
En Santa Fe, en tanto, las autoridades del Ministerio de la Producción muestran su preocupación por las consecuencias de una profundización de los problemas, aunque al mismo tiempo admiten que el daño a la industria nacional ya está hecho y será una empresa casi imposible repararlo. "Cuando se inició el proceso devaluatorio de Brasil allá por el 99, fuimos con Mercier (Juan Carlos, ministro de Hacienda santafesino) y el gobernador Reutemann (Carlos) a plantearle a los funcionarios nacionales del área económica que el impacto de esa situación era terrible para el calzado, el mueble, la indumentaria, la industria de la bicicleta, la maquinaria agrícola, todos sectores fuertes en nuestra provincia, pero no nos pudimos poner de acuerdo. Lo mismo hicimos a los pocos días que asumió Cavallo cuando conseguimos una audiencia con el secretario de Industria de la Nación, pero sin resultados", recuerda el secretario de Industria de Santa Fe, Ricardo Fragueyro.
El funcionario pone sobre la mesa estos datos para demostrar que para la provincia el problema no es nuevo y sobre todo, es grave: "Definitivamente, este proceso de integración económica se convierte para Argentina en un proceso de desintegración industrial", dice contundente y enumera los cientos de fábricas de los sectores mencionados que cerraron en Santa Fe al no poder soportar la competencia de los brasileños que entraron al país con productos a precios imposibles de equiparar para los empresarios nacionales. Fragueyro incluso exclama: "Quiero ver cuántas fábricas cerraron en Brasil por este proceso de integración".
Las distorsiones cambiarias de Brasil, que en la mayoría de los casos no fueron corregidas en Argentina con algún tipo de compensación arancelaria -salvo en los últimos meses cuando el ministro Cavallo alentó la puesta en marcha de barreras comerciales para una serie de productos de Brasil- aparecen como las principales responsables de la crítica situación de las empresas afectadas por los "injustos" términos del intercambio.
"Un mercado común no puede funcionar cuando uno de los socios está atado a una moneda y el otro devalúa alegremente", se queja Enrique Bertini, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola.
El empresario, que pilotea una compañía instalada en Rosario, es partidario de hacer borrón y cuenta nueva con el Mercosur. "En este momento, el bloque debe suspenderse o cortarse hasta tanto no se respeten los tratados como corresponde, hay que cortar y arrancar de cero", concluye.
Ante la consulta de si es posible que el sector de las maquinarias agrícolas se reponga con una medida de ese tipo, Bertini aclara: "Siempre podemos estar a tiempo de recuperar una parte si esto se frena. Si les ponemos aranceles a los brasileños para entrar sus productos a Argentina recobraremos un poco el movimiento en el mercado interno e incluso, algunas de las empresas que se fueron a Brasil pueden pensar en volver a la Argentina".
Pero del otro lado hay sectores como los exportadores de petróleo o trigo que se verían perjudicados al no poder ingresar a Brasil con las condiciones actuales. Bertini lo asume pero apunta que "tendrán que pensar en buscar otros mercados en el mundo, como lo estamos haciendo desde hace rato nosotros".
Desde el Ministerio de Economía, Cavallo pone el acento desde algunas semanas en mejorarles las condiciones a los exportadores argentinos frente a los problemas con Brasil y la gravedad del contexto internacional como consecuencia de los atentados en Estados Unidos. Fragueyro, prefiere ver otro lado del problema. "Nos preocupa mucho más el impacto que tiene la posición de Brasil en el mercado interno por la caída de precios que han sufrido nuestros productos al intentar equipararse con los precios de ellos para vender algo. Eso no trajo más que una agudización de la recesión, porque los empresarios nacionales redujeron o eliminaron sus ganancias y dejaron de pagar impuestos", comenta.
Qué quiere el Mingo
Cavallo acapara todas las miradas por estos días, ya que encabeza la pelea cuerpo a cuerpo con Brasil por sus espinosas declaraciones amenazando al socio del Mercosur con tomar medidas si sigue devaluando. No sólo viene ratificando su objetivo de que el bloque retroceda a una zona de libre comercio sino que propone disminuir la preferencia arancelaria con Brasil, e incluso eliminarla.
Con esto, espera que Chile se incorpore más rápidamente como miembro pleno al Mercosur (algo que desde el país trasandino aún ven como lejano) y se entusiasma con la idea de negociar el Alca por fuera del bloque. Al menos, Cavallo intenta que se discuta un mecanismo de compensación cambiaria o que Brasil haga sus propias reformas económicas como para que no perduren las asimetrías.
Al respecto opinó el consultor Rosendo Fraga en diálogo con La Capital durante su paso por Rosario la semana pasada. "Recordemos que Cavallo tiene esa intención desde marzo cuando planteó la transformación del Mercosur en una zona de libre comercio para toda América del sur, creo que la alternativa puede ser retroceder un paso en el arancel común pero para ampliar finalmente el proyecto".
Respecto a la inquietud de que en ese camino hay sectores que tienen mucho que perder, Fraga lo admitió pero aseguró que a la vez eso representa nuevas oportunidades para la región: "Como en todo proceso se gana por un lado y se pierde por otro", resumió para señalar que finalmente lo que debería evaluarse es si el volumen del comercio aumentará o no en un nuevo escenario.
El especialista puso el acento además en las dificultades que suelen tener los funcionarios argentinos a la hora de negociar con sus pares brasileños, los que han demostrado en más de una oportunidad una habilidad especial para cerrar acuerdos a su favor. "Sucede que Brasil es la mitad de América del Sur y tiene una posición de masa crítica que le da una ventaja relativa a la hora de negociar. Pero también es cierto que Argentina es el único país de la región que puede disputarle cierto papel a Brasil en el contexto internacional".
El analista opinó que es bastante difícil la posibilidad de que ambos socios se pongan de acuerdo en los próximos encuentros que tendrán para definir los ejes del bloque de aquí en más y mucho más complicado que acuerden algo en términos monetarios como pretende Cavallo: "No creo que Brasil, en su situación, se ate a un compromiso de tipo macroeconómico, por el contrario, Brasil puede encontrar en una flexibilización del Mercosur una libertad de acción que está necesitando también".
¿Hacia la flexibilización?
El Fondo Monetario Internacional señaló en su último informe sobre la situación de la economía mundial que los países emergentes, de moverse con regímenes más flexibles, estarán en mejores condiciones de absorber el shock de retraso en el crecimiento que se espera para ellos.
Tulio Ceconi, economista de la Fundación Mediterránea, dice que lo que plantea Cavallo es justamente menos rigidez y que camina en la línea correcta. "Si Brasil sigue devaluando y no tomamos medidas ya no podremos hacer nada. El nuevo escenario que se plantea va a ser más favorable para la Argentina, entre otras cosas porque estábamos acostumbrados a que teníamos el mercado brasileño comprado y ahora no será así. De todos modos, no creo que el comercio entre ambos se corte".
Respecto a la situación en Santa Fe, Ceconi remarcó que en este territorio "no somos mercosurdependientes, lo somos mucho menos que el promedio de Argentina por lo que no veo mayores problemas para la provincia, no más de los que ya tenemos".