Washington. - Los 103 reactores que producen energía nuclear en Estados Unidos son vulnerables a acciones de terrorismo y la Comisión Reguladora Nuclear y otros organismos gubernamentales deben imponer medidas de seguridad más estrictas para proteger las instalaciones, según expresaron ayer dos organizaciones privadas. Las plantas de energía nuclear que funcionan en 31 Estados norteamericanos proveen aproximadamente el 20 por ciento de la oferta de electricidad a nivel nacional.
El Instituto de Control Nuclear, con sede en Washington, y el Comité para Cerrar la Brecha -de Los Angeles- instaron a utilizar efectivos de la Guardia Nacional para proteger las plantas nucleares de ataques por vía acuática o terrestre.
Los dos grupos dijeron también que los organismos reguladores deberían estar preparados para emplazar defensas antiaéreas a fin de proteger las instalaciones de atentados aéreos suicidas y verificar exhaustivamente los antecedentes de todos los empleados y contratistas de las plantas nucleares, a fin de protegerse contra posibles sabotajes. Ambos grupos están dedicados a vigilar cualquier actividad que lleve a la propagación de armas nucleares.
Centrales vulnerables
"Es prudente asumir, en especial después de los horrendos y altamente coordinados ataques del 11 de septiembre, que los soldados de Osama Bin Laden han hecho su labor de preparación y que son plenamente capaces de atacar plantas nucleares para lograr un efecto máximo", expresó Paul Leventhal, presidente del Instituto de Control Nuclear.
Los grupos subrayaron lo que consideran como un peligro inmediato, al destacar que casi la mitad de las plantas nucleares estadounidenses inspeccionadas en pruebas rutinarias de seguridad de la CRN habían fracasado en repeler simulacros de ataque. "La nueva amenaza debería ser evidente para todos y el país no puede darse el lujo de esperar más", aseguró Daniel Hirsch, presidente del Comité para Cerrar la Brecha. "Las vulnerabilidades de estas plantas pueden, y deben, cerrarse ahora".
La CRN expresó que las plantas nucleares en Estados Unidos han intensificado su seguridad después de los atentados del martes 11, que dejaron unos 7.000 muertos o desaparecidos. "Tomamos las amenazas de seguridad muy seriamente", dijo el portavoz de la CRN, Victor Dricks. "A la luz de los atentados, es nada más prudente que estudiemos nuestras disposiciones de seguridad para asegurarnos de que son adecuadas para responder a los desafíos".
La Comisión Reguladora Nuclear ha admitido que no está segura si las plantas de energía nuclear podrían soportar la embestida de aeronaves comerciales de gran tamaño, tales como las utilizadas para atacar el World Trade Center en Nueva York y el Pentágono, en Washington. Las instalaciones, todas con más de 30 años de antigüedad, fueron diseñadas para soportar la fuerza de tornados, huracanes y terremotos.
Edward Lyman, director científico del Instituto de Control Nuclear, dijo que una embestida directa y a alta velocidad por una aeronave de gran tamaño "tendría, de hecho, la alta probabilidad de penetrar un edificio de contención" como el que alberga un reactor de energía nuclear.
En un caso tal, la liberación de radiación que probablemente seguiría podría resultar en casos extendidos de cáncer en las áreas afectadas. Muchas de las plantas nucleares de la nación se encuentran en inmediaciones de ciudades con alto número de habitantes, dijo Lyman.
Un grupo que representa a las plantas de energía nuclear, el Instituto de Energía Nuclear, defendió las medidas de seguridad vigentes en las instalaciones.
En los pocos casos en los que se estableció la vulnerabilidad de plantas de energía nuclear durante pruebas efectuadas por la CRN, todas instauraron de inmediato salvaguardas más estrictas, planteó el grupo.
"Esos ataques simulados fueron parte de un programa regulador de seguridad muy robusto, que todas las plantas de energía nuclear acatan", sostuvo Joe Calvin, presidente del grupo. (Reuters)