Los fiscales apuestan a que se rompa la cadena de silencio que existe entre los imputados en la llamada conexión local y se muestran "muy optimistas" ante el desafío de probar que los cinco acusados fueron partícipes necesarios de la masacre. Sin embargo, temen enfrentarse a un problema: que muchos de los testigos clave de la instrucción no repitan con la misma precisión su dichos frente al tribunal. "Es lógico que después de siete años olviden algo", explicó el fiscal Alberto Nisman, aunque subrayó que confía en que "en lo esencial no van a cambiar sus dichos". Los fiscales también esperan que se quiebre el pacto de silencio que ha funcionado hasta ahora entre los imputados y que no permitió saber qué ocurrió con la Trafic luego de que Telleldín la entregara, según su testimonio, a un grupo de policías enviados por el ex comisario Juan José Ribelli. "Esperamos que se rompa ese silencio. Por las características del juicio oral, hay más probabilidades que eso ocurra en esta instancia", confió Nisman.
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